Fátima, la niña que está moviendo a todo un país

Fátima, la niña que está moviendo a todo un país

febrero 19, 2020 Desactivado Por La Opinión de

¿Qué debe pasar por la cabeza de un hombre para hacer atrocidades a una niña de 7 años? ¿Qué debe pasar por la cabeza de un hombre para lesionar, violar, denigrar, matar y desollar a una mujer? Seguramente nada, más que odio y un incurable resentimiento social y familiar.

La realidad es que hoy en algunas casas del país se están forjando machistas y futuros feminicidas. Podemos observar, con tristeza, que los casos de feminicidios de Ingrid, Abril, Vanessa y Selene sí lograron mover, en menor medida, a la sociedad civil organizada y a ciertas autoridades.

Quizá no retumbo mucho porque fueron mujeres adultas y, quizá, porque en este México, las noticias de feminicidios indebidamente se están naturalizando. Pero, desgraciadamente, tuvo que pasar el caso de Fátima para que todo México despertara.

El caso de Fátima vino a destapar la realidad judicial en México; a las autoridades no les importa cuando una mujer desaparece, no existen protocolos apropiados y eficientes para reaccionar ante la desaparición de una niña o una mujer; las alertas no sirven, las cámaras son insuficientes, los policías no saben atender estos temas, el ministerio público y los juzgados están rebasados en el delito de feminicidio.

Mi esposa me habló del miedo e impotencia que tiene por lo que está pasando y una amiga, madre y esposa, me recomendó leer el libro de Casas Vacías de Brenda Navarro, que habla, en varias formas, de la fabricación de la maternidad, maternidades disidentes, lo que llevamos dentro y otros temas que, aunque son voces del género femenino, todo hombre debe leer y sobre todo comprender.

Por ello, tomo algunos fragmentos del citado libro:

– “Y qué nos queda más allá de rehuir a la muerte”.

– “Por qué les llaman desaparecidos y no se atreven a llamarles muertos, porque los muertos somos quienes los buscamos”.

– “Cuántas mujeres vivimos en Casas Vacías, elefantes blancos”.

Pero bueno, de todo lo escrito, qué podemos hacer en cada trinchera para contrarrestar la violencia de género en México. Pues en casa, educar a nuestros hijas e hijos como iguales, dejar atrás que la cocina y las muñecas son de niñas y que los carros y rodillas raspadas son de niños; enseñemos su libertad y sobre todo el respeto a los demás.

En nuestra relación, el respeto a pensar y hacer lo que uno piensa, a vestirse de una forma, a salir y a tener más relaciones, a decir que nunca eres propiedad de nadie, que la pareja es equipo y no compra de un género.

En la sociedad, a cuidar el respeto y la libertad de las mujeres, a no hostigar y respetar su libre desarrollo personal, familiar y profesional; a equipararnos en todo para un mejor desarrollo.

Ya detengamos este México que, si no le están saliendo bien las cosas, es por culpa de todos y no de unos cuantos. Hoy todas nuestras mujeres están en peligro.

Mario A. Zapata

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