Robar al sector salud, es no tener madre
marzo 4, 2020Las facturas falsas es una actividad que, en sus orígenes, ha servido para reducir el pago de impuestos; es decir, aumentar el gasto para reducir mi pago con operaciones que no existen.
Mucha gente ha ocupado estas facturas y las seguirá ocupando hasta que no se empiecen a evidenciar las primeras detenciones; pero bueno, hay gente que argumenta, entre el mal servicio del Estado y si todo se lo roban, por qué yo debo de pagar completo.
En una investigación se observó que, en el sexenio pasado, 90 instituciones de salud desviaron 4,179 millones de pesos; para dar una idea de lo que se robaron, pongo el siguiente ejemplo:
- Es pagarle a la Cámara de Senadores todo un año de trabajo…
- Es pagar todo un año de operación del Hospital de la Marina…
- Es dos veces el costo del programa de vacunación a nivel nacional…
- Es un año de operación del programa de escuelas de tiempo completo…
- Es dos veces el costo del programa de cultura física y deporte…
Como podemos ver la cantidad no es menor, lo que se robaron buena falta nos hace al México de hoy; digámoslo más claro, se robaron casi $696 millones por año; de verdad, ¿nadie observó eso?
De que sirvió el Servicio de Administración Tributaria en esos momentos, o de qué sirvió la Auditoría Superior de la Federación o las Auditorias Locales, muy seguramente de nada.
La realidad de la política no está en la pena, está en la prevención de los actos; ya existe un registro único de proveedores del Gobierno, éste debería ser nacional para todas las compras del Gobierno.
Si las empresas están interesadas en licitar, o que el gobierno les compre, que se sometan al más duro régimen para comprobar su existencia; no hay empresas con ingresos brutos, sin gastos creíbles y personas que existan.
Es tiempo de que los controles, es decir, todas las bases de datos, crucen la información y puedan levantar alerta en las licitaciones y compras del gobierno. Es tiempo de dejar atrás estas actividades, veamos en la prevención y los medios informáticos las herramientas; si esto aún pasa haciendo transparentes todas las compras, antes cuánto no se habrán robado.
Por ello, es importante trabajar una iniciativa de ley que ponga controles estrictos a las compras del Gobierno, que sólo empresas confiables puedan participar y que sólo empresas que sí existan puedan ingresar.
No es cortar la participación, es armar nuevos esquemas para que la formalidad tenga más oportunidades que la informalidad. De nada sirve decir se robaron sino se recuperaron.
Ahí están los nombres de las empresas, algún prestanombres, alguna dirección, alguna triangulación y más depósitos; siempre hay cómo, sólo se trata de voluntad. Este gobierno prometió voluntad y no sólo intentar; es tiempo de actuar, no sólo con los peces gordos de distractor político, sino que haga piso parejo.
