4T: rebasar por la izquierda

4T: rebasar por la izquierda

abril 20, 2020 Desactivado Por La Opinión de

No hay duda de que el actual Gobierno de México, encabezado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, surgió de una votación histórica en donde más de 30 millones de mexicanos dotaron al primer mandatario, y a su administración, de una legitimidad y de un bono democrático para gobernar envidiable para cualquier movimiento y liderazgo político del mundo. El hartazgo de la sociedad mexicana después de décadas de vivir administraciones que establecieron como principales “políticas públicas” la profundización de la pobreza, la desigualdad, el incremento de la violencia y la corrupción, consumó el triunfo político y parlamentario de un movimiento considerado heredero histórico de las luchas democráticas de las izquierdas en México, pero que a su vez, también se conformó como una coalición meramente pragmática y electoral alrededor del proyecto obradorista, convirtiéndose en un movimiento heterogéneo en su espectro político e ideológico, características que han definido el discurso y las acciones de sus actores, ya en el ejercicio de gobierno.

A casi dos años de iniciada la administración del Presidente Obrador, la evaluación política y social de su gestión empieza a presentar distintos contrastes y variantes que visualiza la ambigüedad y la diversidad del movimiento que llegó al poder en la jornada electoral del primero de julio de 2018; pues si bien existen funcionarios y legisladores que trabajan e impulsan acciones consideradas parte de una agenda progresista y de avanzada, también, dentro de la llamada 4T, participan actores políticos relevantes que representan posiciones respaldadas por acciones que podrían considerarse parte de una agenda de derechas, conservadora y que da continuidad a las políticas identificadas con el neoliberalismo, uno de los principales enemigos retóricos de la coalición gobernante desde los días de campaña electoral.

Si bien el combate frontal a la corrupción que lidera el Dr. Santiago Nieto, titular de la UIF de la Secretaría de Hacienda, aunado a la presentación de iniciativas y agendas legislativas que abordan y fortalecen la paridad política, laboral y social de género, la regulación de la marihuana con fines lúdicos y comerciales como alternativa para reducir la violencia en el país, que se trabajan en ambas cámaras del Congreso de la Unión; además de la agenda de política exterior multilateral, feminista, humanista y progresista que se trabaja desde la Secretaría de Relaciones Exteriores, bajo el liderazgo del canciller Marcelo Ebrard y los esfuerzos por la democratización de los sindicatos del país y el fortalecimiento de los derechos laborales que ha promovido la Secretaría del Trabajo con Luisa María Alcalde como titular –entre muchos otros ejemplos como la priorización de los sectores más vulnerables al incrementar el salario mínimo en un hecho sin precedentes–; también existen acciones que contraponen avances importantes en beneficio de la construcción de un Estado de Bienestar como lo es el subejercicio del presupuesto público en sectores estratégicos nacionales, que abona a la reducción del tamaño y con ello de la capacidad del Estado, sustentado en políticas de austeridad –recordemos que el debilitamiento del Estado y la reducción del presupuesto son políticas características que han implementado gobiernos de corte neoliberal y conservador– que distan mucho del recorte de sólo gastos superfluos y privilegios del gobierno como exigencia ciudadana y congruencia política con los preceptos de las izquierdas.

El empoderamiento de perfiles autocráticos y totalitarios en puestos claves para el avance del proyecto nacional de la 4T, como lo es en el caso de gobernadores, junto con acciones que si bien buscan fortalecer y legitimar los procesos característicos de la democracia participativa y directa como lo son el referéndum o el plebiscito, pero sin reglas apegadas a la legislación electoral, con la ausencia el Instituto Nacional Electoral y con estadísticas que distan mucho de ser vinculatorios por el bajo porcentaje de participación o representatividad, con base en las listas nominales legales de votantes, aunado a la retórica y comunicación propagandística con tintes fundamentalistas que algunos sectores de dicho movimiento impulsan en torno a la figura presidencial, también son ejemplos negativos que distancian a la coalición gobernante de un porcentaje y base importante de electores que se inclinaron por una propuesta y plataforma política que prometía romper con el paradigma y el establishment político, a través de acciones, propuestas y políticas progresistas, socialdemócratas y de avanzada.

Sin embargo, y para la gran mayoría de electores de la clase media –que fue uno de los principales sectores sociales que llevaron al triunfo a la coalición de AMLO– y que no obedecen a ideologías políticas identificadas con las izquierdas o las derechas, sino a las condiciones socioeconómicas y de bienestar que el gobierno en turno ofrezca y construya en beneficio de su entorno, la priorización de las acciones negativas que existen actualmente en la 4T, puede llevarlos como un electorado volátil y flexible a democráticamente truncar el proyecto que originalmente representaba un cambio en beneficio de todos los mexicanos. A 4 años de concluir el sexenio del Presidente Obrador, aún existen las condiciones y la oportunidad histórica de cambiar el paradigma político y, con ello, la vida pública y democrática del país; pero, sobre todo, la realidad de millones de mexicanos si se vira totalmente hacia un proyecto de gobierno sustentado en los pilares programáticos de una socialdemocracia y progresismo del siglo XXI, que establezca las bases y los cimientos del tan anhelado Estado de Bienestar mexicano, en sintonía con acciones y políticas públicas que empiecen, desde ahora, a beneficiar tanto a los sectores más vulnerables como a las clases medias de la sociedad; de lo contrario –y que no es nada deseable– estaríamos ante el inminente regreso al poder de las derechas más extremas y retrogradas, tal y como ha sucedido en otras partes del mundo.

Miguel Ángel Arce


Fotografía: lopezobrador.org.mx

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