Otras víctimas de la pandemia: COVID-19 y violencia de género
abril 30, 2020 Desactivado Por La Opinión deEl coronavirus ha arrasado con la vida de miles de personas a lo largo y ancho del continente latinoamericano. No obstante, junto con las víctimas directas del virus, conviven otras que sufren los daños colaterales de la pandemia. Así, los últimos datos de Naciones Unidas indican que la violencia contras las mujeres se ha intensificado desde el inicio de la pandemia y muchos de los servicios de atención a las víctimas están sobrepasados por el aumento de la demanda.
Entre otras causas, el incremento en la cifra de mujeres afectadas por la violencia de género se ha incrementado debido a las excepcionales condiciones en las que la sociedad se ha visto sumida a causa del confinamiento. Las restricciones de circulación, el aislamiento o el distanciamiento social han aumentado la vulnerabilidad de las mujeres afectadas por la violencia, encontrando obstáculos adicionales a los ya existentes para huir de situaciones de riesgo o para acceder a redes de protección.
Junto a esto, la reducción de la actividad económica se traduce en una fuente de inestabilidad y bajos ingresos que hace crecer aún más la dependencia de muchas mujeres hacia sus parejas. Sin opciones de sustento económico, en muchas ocasiones con hijos a su cargo, y con medidas de distanciamiento social que dificultan ampararse en el paraguas de familiares o amigos, muchas mujeres se ven obligadas a permanecer en hogares en los que moran sus agresores.
Esta situación no se circunscribe únicamente al ámbito latinoamericano, sino que es una realidad global. Mientras que el número de delitos tiende a decrecer en tiempos de confinamiento, los casos de violencia doméstica constituyen una excepción a la norma y van en aumento. Frente a este escenario, distintos países han puesto en marcha respuestas institucionales, reforzando la atención telefónica, lanzando campañas públicas, dando soporte a los centros de acogida y ofreciendo asesoría legal.
Dentro de esta línea, Naciones Unidas ha pedido a los decisores políticos asegurar la continuidad de servicios esenciales para responder a este tipo de violencia, desarrollar nuevas modalidades de asistencia para adaptarlas al contexto actual y aumentar el apoyo a organizaciones de mujeres especializadas en servicios de apoyo a nivel local.
Aumentar la inversión en prevención de la violencia familiar durante la crisis y en la fase de recuperación, así como involucrar a la comunidad en las tareas de prevención, debe ser una prioridad para los gobiernos. Y es que, una vez que se logre controlar la crisis sanitaria, emergerán los otros damnificados por la pandemia. Entre ellos destacan los afectados por la crisis económica que viene, pero no son los únicos. Grupos vulnerables como el conformado por mujeres maltratadas requieren políticas activas por parte de los Estados. No dejemos que sean meras estadísticas ni les demos la espalda.
Mélany Barragán
Twitter: @MelanyBarragan7
Fotografía: Diana E Rios / pixabay.com