Pobreza en tiempos de COVID-19

Pobreza en tiempos de COVID-19

mayo 14, 2020 Desactivado Por La Opinión de

La Comisión Económica para América Latina y Caribe (Cepal) ha presentado su informe “El desafío social en tiempos de COVID-19” y sus pronósticos no son nada alentadores. Según los datos presentados por el citado organismo, la crisis económica derivada de la pandemia amenaza con poner fin a más de una década de movilidad social en América Latina. Se estima que tras la crisis, casi 215 millones de latinoamericanos se encontrarán bajo el umbral de la pobreza y 84 millones bajo la extrema pobreza.

Estas cifras se explican por el fuerte impacto que la pandemia está generando en países que ya de por sí cuentan con acusadas debilidades estructurales, tanto desde el punto de vista económico como social. Las carencias en la prestación de servicios sociales y la fragilidad de sistemas de bienestar, unido a la inestabilidad de sus economías y la precariedad de los mercados laborales, ha hecho especialmente vulnerable a la región latinoamericana.

Dentro de este panorama, la situación de México es especialmente crítica; de acuerdo con las estimaciones de la Cepal, será el país latinoamericano con un mayor incremento de la pobreza extrema y el segundo en pobreza, sólo por detrás de Argentina. Esto se traduce en que, para finales de 2020, el 48% de los mexicanos podrán ser considerados pobres y el 16% muy pobres. Cifras que, no obstante, pueden empeorar si desciende la llegada de remesas provenientes familiares en el exterior.

El país, al igual que el resto de la región, se encuentra frente al desafío de la reconstrucción social. El capital humano, la salud y los ingresos están en juego; sin embargo, pese a la apremiante necesidad de retomar la actividad económica y generar el dinamismo necesario para poner en marcha de nuevo a la sociedad, la incertidumbre sigue siendo muy alta. Hasta la llegada de una vacuna, el distanciamiento físico es el principal antídoto para el contagio y esto implica la necesidad de diseñar protocolos muy rigurosos para la reactivación de sectores estratégicos.

Ante estas circunstancias, la Cepal propone a los países de la región que garanticen transferencias monetarias temporales para satisfacer las necesidades básicas y contribuir a la reactivación económica. Se trata de un ingreso básico de emergencia, equivalente a una línea de pobreza, con una duración de la prestación de seis meses. No obstante, a medio plazo las políticas deben ir dirigidas a profundizar el desarrollo de los Estados de Bienestar. Se requiere, por tanto, un nuevo pacto social, fiscal y productivo que permita la existencia de redes de protección permanentes y no soluciones parciales o transitorias.

Se vienen tiempos duros en los que tanto el sector público como privado tendrán que esforzarse por impulsar un nuevo modelo de desarrollo. Es momento de evitar otra década pérdida y avanzar hacia la superación de muchas de las fallas estructurales de América Latina. La crisis de las commodities puso en evidencia la necesidad de transformar la matriz productiva y reducir la dependencia respecto a la exportación de las materias primas. Esta crisis nos ha enseñado la vulnerabilidad de las redes de protección y la precariedad en la que viven sumidos millones de ciudadanos. Que estas crisis se conviertan en una oportunidad.

Mélany Barragán
Twitter: @MelanyBarragan7


Fotografía: Horst Tinnes / pixabay.com

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