El gran confinamiento: la nueva realidad y el nuevo Estado
mayo 22, 2020Algunas personas, en determinadas condiciones de la vida, nos hemos visto envueltos en las recomendaciones médicas que cambian radicalmente la vida, en especial cuando tenemos una persona muy querida en situación sumamente delicada de salud. Los hábitos familiares y de quienes la rodean experimentan drásticamente una serie de cambios.
Esta analogía es similar a lo que hoy vivimos ante la situación del COVID-19, pero a un nivel social, de ahí que la comunidad médica y los sectores de salud insistan en que no regresaremos a la normalidad como la conocemos o bien se le denomina “nueva normalidad”.
Dicha etapa va a significar una serie de cambios económicos, sociales, culturales y desde luego políticos. Tanto así que la crisis actual ha sido denominada como el Gran Confinamiento, crisis sin precedentes en la que hay una considerable incertidumbre acerca de su impacto en las vidas y los medios de vida de las personas.
Los primeros signos de evolución, como adaptación, los tenemos ahora en el comercio electrónico y los servicios de alimentos, restaurantes, bancos, la educación a distancia, desde el preescolar hasta nivel universitario, el trabajo en casa que manejaban ya algunas empresas desde hace tiempo.
Preocupantes son las proyecciones económicas sobre el crecimiento mundial, que descenderá a -3% en 2020. Se trata de un recorte de 6.3 puntos porcentuales con respecto a enero de 2020, una revisión importante en un periodo muy corto. Así, el Gran Confinamiento se convierte en la peor recesión desde la Gran Depresión, dejando muy atrás a la crisis financiera mundial.
Esta nueva normalidad, a la que debemos irnos acoplando, será de retos que como sociedad global debemos saber asumir, estando más unidos y no divididos; para el caso de México, dejando de lado las mezquindades políticas de imponer un proyecto de nación, que al contrario de buscar la unidad nacional, nos sigue dividiendo o de plantear desde los partidos políticos una estrategia de volver a los mexicanos más pobres, limitando su patrimonio, pues la mentalidad de estos homúnculos de Morena es que si la gente vive en una mediana riqueza es sinónimo de una vida de corrupción, desgraciadamente no siempre es así.
Mucha gente en México que hoy vive en esa “mediana riqueza”, en ocasiones es producto de esa movilidad social, esa cultura del esfuerzo, misma que hizo que un pastorcito de Oaxaca llegará a ser presidente. Por tanto es ridículo querer abusar de un cambio de paradigmas socioeconómicos para reformar al Estado a los caprichos políticos.
Gildardo Ledesma
Twitter: @gledesmaa24
Fotografía: JaffaCakes / pixabay.com