La deshumanización de la izquierda

La deshumanización de la izquierda

julio 16, 2020 Desactivado Por La Opinión de

Después de una política pública y sanitaria completamente indefendible, de datos falsos otorgados a lo largo de 5 meses, que solamente han pretendido engañar a la población (y engañarse a sí mismos), de 35 mil familias que han perdido a un integrante, lo único que vemos hoy es una izquierda que, con tal de defender y justificar las acciones de un gobierno inexistente, ha perdido todo índice de calidad humana.

Un subsecretario de salud (además de un secretario inexistente) que se ha desvivido por culpar a todos: gordos, flacos, diabéticos, ricos, pobres, etc., por la crisis que no le supieron decir como enfrentar; un personaje triste y lánguido que, mañana con mañana, tiene que dar la cara por decisiones que él no ha tomado, pero de las que está obligado a ser responsable.

Un régimen de izquierda que está todo, menos preocupado por el pueblo; eso es lo que tenemos. Un presidente que, ante la peor crisis sanitaria que ha sufrido el país, y una crisis económica que se avecina como tormenta, cree que está bien irse de vacaciones a Washington y salir a comer a El Cardenal. Un presidente que no da la talla, una figura ñanga y escurrida que se postra a ofrendar flores ante el monumento a Abraham Lincoln, pero completamente desentendido de su país y de su gente.

Las situaciones para sustentarlo son tantas, que no me alcanzan las hojas para describirlo, ya lo sabemos nos gobierna un ego tan grande, que recuerda a una famosa frase de una película para niños: “morirán los necesarios para salvar esta transformación”, disculpen el parafraseo. Un país quebrado moral, sanitaria, social y económicamente, eso es lo que 18 meses de la cuarta transformación han logrado.

Los ejemplos se apilan uno sobre otro: la primera dama respondiendo “Pues yo no soy médico, a lo mejor Ud. si, ande, ayude.”, demostrando qué, desde su pedestal, la empatía con los padres de familia de los niños con cáncer sale muy cara. O quizá pensemos en Ackerman respondiendo que él tiene derecho a tener las casas que se le dé su gana, pues son propiedad privada; aun cuando su sueldo no le dé para sustentarlas, que nos deja pensando en cierta mujer, digna de llamarse dama, a la que sí destrozaron por una sola casa, no nueve. También vienen a la cabeza Bartlett, Guevara, Ebrard; en fin, son tantos aquellos que nos han demostrado que no solamente no les importa su pueblo, se divierten viéndoles la cara, con el perdón de los lectores, de pendejos. Demostrando, de nuevo, que les importa muy poco si el pueblo bueno está bien.

Y peor aún, cuando además de eso el presidente y su séquito deciden que como él es todopoderoso, hijo de Dios, nacido en la tierra, él no debe usar tapabocas. Demostrando así que los más de 35 mil muertos que hasta el día de hoy en la mañana se habían contado, le importan un pepino; y no sólo eso, que no va a destinar ningún centavo a remediarlo porque sus proyectos insignia DEBEN seguir adelante, cueste lo que cueste.

Así que no, queridos amigos, a nuestro presidente no le importas ni tú ni ningún otro mexicano. Le importa su campaña y sus redes sociales, le importa ser influencer y figura pública, le importa su aeropuerto, su refinería y su tren. Porque él no entiende que el COVID no entiende de fifís y chairos, ni de ricos o pobres o de neoliberales y simpatizantes. Morirán sus compatriotas y él no entiende lo que eso significa, no entiende el nivel de responsabilidad que su puesto implica, no entiende el ser líder; él siempre ha sido competidor, no ganador. Se preparó tanto para la carrera que no supo qué hacer al llegar a la meta.

Esa es la mayor falla en inteligencia y estrategia de nuestro líder, su mayor pecado y consecuentemente será su soga al cuello; cegado por 18 años de hambruna por un poder que al llegar a sus manos lo atragantó. Permitió que su propio egocentrismo navegara y hoy está viendo como se le hunde el barco, y prefiere siempre decir que “vamos bien”, esperando con los ojos cerrados y el corazón abierto que esto mágicamente se cumpla.

Alonso Herrera
Twitter: @ImAlonsoHerrera


Fotografía: Presidencia de la República / flickr.com

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