Levantemos muros… porque el infierno son los otros

Levantemos muros… porque el infierno son los otros

julio 23, 2020 Desactivado Por La Opinión de

En mitad de la crisis sanitaria y sólo unos días después del encuentro en la Casa Blanca con el presidente mexicano López Obrador, Donald Trump vuelve a arremeter contra México. En una entrevista para la cadena estadounidense Fox News, el mandatario ha declarado que la existencia del muro que divide la frontera de ambos países ha permitido contener la pandemia y evitar la importación de contagios.

El famoso muro fronterizo, cuya construcción se inició en 1994 durante la administración del presidente Clinton, para muchos parece defender a Estados Unidos de la inmigración ilegal mexicana. Ahora también es utilizado como una barrera sanitaria. Pero, ¿México sólo lleva problemas a Estados Unidos y es por ello necesario levantar y reforzar barreras? Según el presidente Trump, México no está ayudando a los Estados Unidos de América en la pandemia.

Sin negar que la inmigración ilegal pueda ser una fuente de riesgo en la trasmisión de la COVID-19, por el movimiento de personas sin control que conlleva, quizás haya sido potencialmente más peligrosa la errática política sanitaria del presidente durante las primeras etapas de propagación del coronavirus. La negación inicial, la debilidad de su Estado de Bienestar, la adopción de medidas sin un hilo conductor identificable, la arrogancia minimizando el número de muertes y contagios o incluso la solución de beber sorbos de cloro son sólo algunos ejemplos del fracaso de su estrategia. Tal vez, quizás, el mayor riesgo para la salud pública en Estados Unidos no sea lo que pueda venir del otro lado del muro.

Con la inmigración ilegal ocurre algo parecido. Estados Unidos levantó un muro y ha potenciado las deportaciones al mismo tiempo que ha seguido necesitando mano de obra barata a la que no siempre ha querido regularizar. Una parte de los empleadores estadounidenses han contribuido activamente al mantenimiento de la inmigración ilegal, sosteniendo un modelo de dinamismo laboral precario que se nutre de mano de obra barata, poco cualificada y con escasas opciones de hacer valer sus derechos. Difícilmente existe oferta si no hay demanda.

México se convierte así, en muchas ocasiones, en un chivo expiatorio de la política estadounidense y carga sobre sus espaldas cierta hipocresía del país vecino, que levanta un muro prestando mucha atención a lo que ocurre en la parte exterior del mismo, pero obviando parte de lo que acontece en el interior. En definitiva, tomando en consideración sólo una parte del problema y demandando, de cara a la opinión pública y el orden internacional, una mayor ejemplaridad de los otros que no siempre aplica a sus líderes y ciudadanos.

Aun así, Trump persiste en su empeño de expandir el muro y ya ha anunciado que para final de año se construirán 720 kilómetros de valla fronteriza. Asimismo, ha informado de que ha contratado a una empresa de tecnología para erigir un muro virtual capaz de detectar movimientos humanos mediante inteligencia artificial. Probablemente el presidente estadounidense pueda esgrimir decenas de argumentos para defender su proyecto, pero, a la luz de los datos, yo me pregunto ¿y por qué, en lugar de protegerse tanto del exterior, no comienzan protegiéndose un poco de ellos mismos?

Mélany Barragán
Twitter: @MelanyBarragan7


Imagen: Gerd Altmann / pixabay.com 

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