Política mexicana y el machismo
agosto 12, 2020Si usted es un adulto mayor le pido recordar aquellos informes de gobierno o tomas de protesta donde casi el 100% de los asistentes eran hombres.
Si usted es un adulto le pido recordar el tema de las famosas “Juanitas”; mujeres que ganaban cargos de elección popular y que, posteriormente, el esposo le solicitaba dejar el cargo para él asumirlo.
Si usted es un joven podrá ver ya una nueva política (pero todavía machista) con la incorporación de mujeres en un 50% de los congresos y así como de las Presidencias Municipales y Alcaldías; de la misma forma, ha sido testigo de la creación de la violencia política de género y del feminicidio.
Pero si usted es adulto mayor, adulto o joven ha sido testigo que el machismo y la violencia contra la mujer, esté donde esté, no ha parado y tampoco ha disminuido.
Hagamos un poco de memoria e historia, en 1979 Griselda Álvarez Ponce de León fue la primera mujer en ocupar un cargo de gobernadora en el Estado de Colima; en 1982, Rosa Luz Alegría Escamilla fue la primera secretaria de estado al ocupar la Secretaría de Turismo.
Mujeres como ellas, y como muchas otras, han abierto el camino para miles de mujeres que se han posicionado en los lugares donde antes “sólo los hombres ocupaban esos cargos”; porque así lo decidió una sociedad machista.
Recientemente, hemos visto otros gestos de machismo en la política mexicana; ejemplo de ello han sido las renuncias (obligadas) de mujeres en cargos de directivos de diferentes secretarías u organismos.
De la misma forma, el desaire (en expresiones) que han hecho funcionarios sobre las mujeres, desde diputados hasta del gobernador Barbosa; y, por no dejar, las expresiones del senador de Nuevo León Samuel García para su esposa.
Pero el mejor ejemplo es: mientras Lozoya es héroe, Rosario Robles es presa política y bajo un proceso fuera de la Ley; son más creíbles las declaraciones de Lozoya que las de Rosario.
Al respecto, es importante preguntar ¿qué tan machista eres? y es una pregunta que sí deberías hacer esta semana; le puedes preguntar a cualquier mujer con la que tengas una relación cercana (madre, hija, esposa, novia, etc.); pero, lo más importante es que estés atento a las respuestas porque, quizá, cada uno de nosotros, tiene un porcentaje de machismo que no hemos detectado.
No es necesario reforzar o ampliar las penas, lo que sí funciona es educar de manera apropiada a nuestras generaciones de mujeres y hombres.
Eso sí funciona, la educación es necesaria para poder erradicar el machismo de todos los escenarios donde esté presente una mujer; no puede ser que, en México, las mujeres vivan inseguras donde estén y que, ahora, las mismas redes digitales, sean otro medio para vulnerarlas.
La palabra libertad no tiene género…
Mario A. Zapata
Twitter: @MarioAZapataB
Imagen: Jaluj / commons.wikimedia.org