La “dictadura perfecta”, de García Luna a Cienfuegos
octubre 19, 2020Son las 10:00 pm de la noche del 15 de octubre del 2020. Suenan las alertas de Twitter, Facebook y las decenas de redes y medios a los que estoy conectado. Me encuentro con un encabezado: “breaking news” del periódico Reforma: “Salvador Cienfuegos, exsecretario de la Defensa, fue detenido por cargos de narcotráfico y lavado de dinero”.
Parecería un párrafo salido del Complot Mongol de Rafael Bernal, una novela latinoamericana de Vargas Llosa o García Márquez o incluso la escena de alguna narcoserie de Telemundo. No obstante, me remonta más a una de las sátiras que se tomaron por consigna social y política: “La dictadura perfecta”.
Durante la primera y segunda década de los años 2000, la mal llamada “guerra” contra el narcotráfico consumió la vida pública y dignidad humana de México. Balaceras en Durango, Sinaloa, Veracruz o Guerrero, acompañados con la retórica de la tambora y el trombón de las “buenas prácticas” del ejército y la policía.
Hoy, sabemos que es una de las más viles mentiras de la historia de nuestro país. Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón (2006-2012), presenta cargos de narcotráfico en Nueva York. Asimismo, el renombrado General Cienfuegos, secretario de Defensa de Enrique Peña Nieto (2012-2018), quien le dio continuidad a la orquesta bélica del calderonismo, tiene marcado en su destino la misma ciudad, bajo los mismos términos.
Según cifras oficiales, el sexenio de Calderón terminó con 26 mil 121 casos de personas desaparecidas[1]; sin embargo, organizaciones de la sociedad civil y organismos internacionales estiman que esa cifra es mucho mayor. Además, Amnistía Internacional documentó más de 186 mil personas asesinadas en el contexto de la guerra contra el narcotráfico del 2006 al 2015[2].
La llegada de Peña Nieto al poder en 2012 sostuvo la estrategia de seguridad, no obstante, su administración estuvo definida por los casos de Ayotzinapa, Tlatlaya y, con anterioridad a la presidencia, Acteal. Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, la sociedad civil documentó que, de 2012 a 2017, fueron asesinados por lo menos 41 periodistas y 110 personas defensoras de Derechos Humanos. Por su parte, la CNDH hizo pública la identificación de 1,307 fosas clandestinas a lo largo del territorio nacional.[3]
Mi país se convirtió en un polvorín, en un sombrío laberinto de almas perdidas. El gestor de la “verdad histórica,” el exsecretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional, también cuenta con una orden de aprehensión y una ficha roja de Interpol, por crímenes graves como tortura y desaparición forzada. Ahora sabemos, que la desaparición de los 43 estudiantes de Iguala no es compatible con el discurso oficial. La aparición de los restos de uno de los estudiantes en 2020 desmiente la teoría producida por Zerón.
Las investigaciones relacionan el narcotráfico y al poder político del país, nada nuevo, pero ahora las carpetas están sobre la mesa. Ya no es una teoría de la izquierda mexicana o de los grupos activistas, son hechos prácticos. La cooptación del Estado por la élite económica y política, pero también las organizaciones criminales, impusieron una “dictadura perfecta” que oscilaba entre la impunidad, la corrupción y la invisibilidad de los Derechos Humanos.
Luis M. León
Twitter: @luismaleon
Imagen: laopinion.de
[1] Redacción, “Confirma Segob 26 mil 112 desaparecidos en el sexenio de Calderón”, Proceso, 26 de febrero del 2013. https://bit.ly/2TjDXXn
[2] Juan Luis García Hernández, “El tamaño del fracaso: 186 mil muertos en una década de guerra en México, según datos oficiales”, Sin embargo, 5 de diciembre del 2016. https://bit.ly/3k9QsjO
[3] [3] Néstor Jiménez y Gustavo Castillo, “En el país, 1307 fosas clandestinas y 3926 exhumados en 11 años: CNDH”, La Jornada, 8 de septiembre. https://bit.ly/37nwPkL