Home office y lo que se queda

Home office y lo que se queda

abril 26, 2021 Desactivado Por La Opinión de

Hace poco más de un año, se publicó una de mis participaciones con el título ¿Listos para el home office y lo que venga?, donde abordaba el tema de este modelo de trabajo en Estados Unidos de América y que se estaría implementando dentro de nuestro país; no como una nueva opción para las fuerzas laborales, en busca de un mejor desarrollo, sino que entraba de una manera forzada por la pandemia en expansión.

En ese entonces planteaba que nos encontrábamos con un momento que marcaría la manera regular de trabajar en nuestro país, para bien o para mal; podíamos encontrarnos con una experiencia negativa que nos alejara de este modelo de trabajar desde casa o demostrar que la responsabilidad y desarrollo podía seguir e incluso llegar a mejorar, dependiendo de los casos, llevando beneficios a ambas partes; esto por el antecedente que marcan países que llevan años llevándolo a cabo y registrando beneficios emocionales en los colaboradores que lo practican y beneficios en su productividad.

Después de un año de su implementación forzada, por la contingencia sanitaria, se han demostrado las ventajas del home office; de acuerdo a diferentes consultorías, la mayoría de las empresas planean mantener el esquema después de la pandemia y un porcentaje mayor al 80% asegura que no sólo se ha mantenido su productividad, sino que se ha elevado ésta dentro de las corporaciones; los empleados confirman que de ser posible continuarían con esta modalidad de trabajo después de la emergencia sanitaria.

Esta nueva realidad ha tomado seriedad no sólo dentro del ámbito empresarial, ya que la Ley Federal del Trabajo contempla dentro de una reforma aprobada por el Congreso de la Unión, diferentes disposiciones como:

  • Proporcionar, instalar y encargarse del mantenimiento de los equipos necesarios para el teletrabajo como equipo de cómputo, sillas ergonómicas, impresoras, entre otros.
  • Asumir los costos derivados del trabajo a través de la modalidad de teletrabajo, incluyendo, en su caso, el pago de servicios de telecomunicación y la parte proporcional de electricidad.
  • Inscribir a las personas trabajadoras en la modalidad de teletrabajo al régimen obligatorio de la seguridad social.
  • Establecer los mecanismos de capacitación y asesoría necesarios para garantizar la adaptación, aprendizaje y el uso adecuado de las tecnologías de la información de las personas trabajadoras en la modalidad de teletrabajo.
  • Respetar el derecho a la desconexión, a fin de que los trabajadores puedan apagar su equipo y dejar de contestar llamadas y correos al término de la jornada laboral.

Como país aún estamos con muy poca experiencia dentro de este esquema laboral, pero este tipo de reformas y, sobre todo, la conciencia que han tomado tanto los colaboradores como las empresas, nos demuestra que vamos por el camino correcto dentro de la innovación del trabajo y medios que nos ayuden a desarrollarlo de una mejor manera; como en todo existe su lado negativo y para muchos sigue siendo un modelo aprensivo o que interfiere con su tiempo personal, pero en su mayoría se logró apreciar este lado positivo y las ganas de sacar la mejor experiencia dentro de esta nueva normalidad.

Para nuestro actuar día a día, y lo que venga, es importante reflexionar en palabras del filósofo griego Heráclito “No hay nada permanente, excepto el cambio”.

Andrés Castillo Enríquez


Imagen: StartupStockPhotos / pixabay.com

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