Rebelión en la granja (versión Latinoamérica)
julio 30, 2021En 1940 George Orwell publica Animal farm (Rebelión en la granja), un gran libro satírico político, que estuvo a punto de no salir a la luz puesto que el editor advirtió que sería un mal momento dada la coyuntura histórica de la alianza temporal de Gran Bretaña, Estados Unidos y Francia con la Unión Soviética, en plena II Guerra Mundial; en especial porque la novela, a manera de fábula, hace evidentes críticas a la Revolución Bolchevique de 1917.
La obra de Orwell ha sido fundamental para entender el germen de las revoluciones que se pueden hacer con los ideales más bonitos, pero que a la postre los revolucionarios se vuelven unos perversos tiranos, peores que a los que derrocaron.
Se evidencia esto en la novela, a través de los cerdos protagonistas, Old Mayor, Napoleón y Snowball (que a su vez son reinterpretados como Lenin o Marx, Stalin y Trotsky. Aunque si lo actualizamos tendremos que en el primer personaje tenemos los ideales de cualquier movimiento político o revolucionario basado en ideales, anhelo real de cambio, en Napoleón el que pervierte las ideas y Snowball el más fiel a los ideales pero que es incómodo para el ahora poder.
También se evidencia las incongruencias, en el libro tenemos un momento en el que los perros se vuelven la fuerza represora del nuevo Estado No Humano o la Granja Animal, y que a pesar de haberse desecho del granjero Jones (el opresor), a la larga los cerdos usan ropa, empezando a parecer humanos, haciendo negocios con los mismos.
Obviamente cómo dijimos esto evidencia la realidad del poder en algunos contextos, aunque en los discursos políticos en este país ha sido tergiversado el subtexto de la obra. Lo anterior o la trama no es ajena a las narrativas latinoamericanas que provienen de cualquier cosa llamada “revolución”.
Algunos podrán alegar, desde una perspectiva marxista, que es parte de la dictadura del proletariado, pero mal entendido bajo la idea del desquite o del revanchismo, al amparo de que en el discurso se condena en la práctica se toleran los abusos y la idea de cambio prácticamente es nula.
Esto lo hemos visto históricamente, como en la actualidad, tal vez usted piense que puede haber matices de países como Cuba, Venezuela, Nicaragua o México, aunque en este último descartó la idea de “dictadura”, pero ello no exenta que las actitudes del poder sean propias de los puercos orwellianos.
Gildardo Ledesma
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