Los nuevos principios morales: dogmatizar, estigmatizar y castigar

El poder político es compatible con un código de valores morales y éticos, esa ha sido una cuestión planteada desde los orígenes de la política misma, ya que grandes pensadores clásicos como Platón y Aristóteles, hasta Montesquieu o Tocqueville, se plantearon esto de alguna manera.

Sin embargo, otros pensadores difirieron bajo una visión pesimista sobre el ser humano y la naturaleza del poder. ¿Pero qué pasa cuando, como en el caso mexicano, las expectativas con el actual régimen eran otras en claro contraste al actual ejercicio del poder?

Podemos plantearnos si cambio el discurso, la narrativa, si realmente era así el poder antes de llegar al mismo y los mexicanos que votaron por él, son unos ingenuos. Eso es cuestionable como objeto del debate contemporáneo.

Lo que sí podemos constatar, y lo hemos comentado en este espacio al igual que otros colegas, es que se busca dogmatizar, estigmatizar y castigar; si bien son verbos de nuestro idioma con un significado particular, reconozco que puede ser algo fuerte usar estos conceptos, así que vayamos por partes.

Vamos con dogmatizar, pues consta, para efectos del análisis propuesto, de asumir que toda visión, postura y argumento ideológico se debe asumir como incuestionable; si no estás de acuerdo, estás equivocado o en el lado equivocado de la historia.

El siguiente punto es el de estigmatizar, al cual lo explicaremos como aquellas actitudes discursivas de condenar, ver como obsceno, maligno, todo lo que contrasta con su visión de la vida, el mundo, etc.

Esto es, si usted viaja al extranjero con fines de estudios, si posee un nivel de vida privilegiado, pero ganado con base en su esfuerzo, mérito profesional, laboral, o bien sigue de alguna manera la dinámica del capitalismo; globalización es sinónimo, para ellos, de que ese modo de vida no es correcto, sino más bien errado.

Por último, castigar, bajo el supuesto amparo de la ley, a todos los enemigos del régimen y si no es por la vía del uso político de la justicia, se busca mediante la amenaza, el chantaje moral o la narrativa de todo estaba peor o estaría sino estamos nosotros.

Si bien, siempre insistiré que no estamos transitando por el camino de una dictadura, estamos ante un régimen que promueve la unipersonalización del poder, así como un sistema de pensamiento único. Cuando la historia, filosofía y la misma política nos han enseñado que no hay verdades absolutas, aunque para algunos sí.

Gildardo Ledesma
Twitter: @gledesmaa24

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