Mexicana de Aviación
enero 10, 2023El Gobierno federal anunció, en días pasados, con bombo y platillo, la compra de la marca Mexicana de Aviación, en posesión de los sindicatos de trabajadores y jubilados de la extinta empresa, por la módica cantidad de 816 millones 786 mil pesos; el pago cubre, además, algunos otros activos de la empresa, como su centro de adiestramiento y un par de edificios en Guadalajara y Ciudad de México, un simulador Thomson y otro Singer.
López Obrador es un megalómano, el de las obras y acciones faraónicas. A su obsesión, primero, con la cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAIM) y el derroche de miles de millones de pesos en pagos de compensaciones a las empresas contratadas para su construcción y, después, los costos generados en la obra del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), ahora se suman, en principio, estos más de 800 millones de pesos de la compra del cascarón de Mexicana, más lo que se acumule, para constituir una nueva empresa gestionada por el Ejército, una aerolínea comercial.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), cuya misión es organizar, administrar y preparar al Ejército y la Fuerza Aérea Mexicanos, con el objeto de defender la integridad, la independencia y la soberanía de la nación; así como garantizar la seguridad interior y coadyuvar con el desarrollo nacional, según se asienta en el propio sitio web de la Sedena, se ha convertido en el gran gestor de los caprichos del presidente.
La Sedena, por instrucción presidencial, ha dejado de lado su labor prioritaria, para realizar labores de seguridad pública, administrar aduanas, construir bancos, construir y administrar aeropuertos, construir vías férreas, construir y gestionar hoteles y centros turísticos, y lo que se le vaya ocurriendo a López Obrador.
A lo anterior se suma una nueva empresa paraestatal, la nueva Mexicana de Aviación, con una flotilla de 10 aviones, arrendados, y desde luego el avión presidencial, en desuso desde hace cuatro años y por el que cada año se pagan cantidades exorbitantes de dinero; pues su adquisición fue a través de un arrendamiento financiero, y precisamente por ello es que no se puede vender (además de que nadie lo quiere comprar) y mucho menos rifar (aunque muchos hayan comprado un cachito de lotería para ello).
¿Y qué pasará con la nueva Mexicana de Aviación? Primero, al ser una empresa paraestatal, será financiada por el presupuesto público; es decir, todos quienes pagamos impuestos contribuiremos a que esta línea área se encuentre en los cielos, incluso sin pasajeros, porque, a decir del presidente, se abrirían nuevas rutas a donde no hay vuelos comerciales, sólo para que el AIFA tenga algo de movilidad, porque ni López Obrador lo utiliza.
Sin embargo, las malas noticias son para los sindicalistas de la empresa en quiebra: Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA), Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA), Sindicato Nacional de Trabajadores de Transporte, Transformación, Aviación, Servicios y Similares (SNTTTASS) y la Asociación de Jubilados, Trabajadores y Extrabajadores de la Aviación Mexicana (AJTEMA); más de 8 mil 500 trabajadores y jubilados que perdieron su empleo y su fuente de ingresos, así como el dinero de sus pensiones, debido a la quiebra de Mexicana, producto de la falta de liquidez por adeudos que superaban los 15 mil millones de pesos, la carga contractual existente, los efectos de la crisis económica mundial de 2008 y el brote de influenza AH1N1 de 2009 sobre el tráfico de pasajeros; todo ello sumado a un mal manejo financiero de la empresa.
Los exempleados de Mexicana, ahora, con esta transacción comercial, recibirán menos del 10 por ciento del adeudo que la empresa tiene con ellos y ahí terminará su lucha; pues, una de las condiciones para realizar la compra y para entregar el dinero acordado es que los sindicatos retiren las demandas interpuestas relativas a la falta de liquidación de los trabajadores de la extinta empresa. Es decir, la empresa no será rescatada y no habrá el resarcimiento económico ni laboral que exigían los exempleados desde 2010.
El 1 de mayo de 2012, López Obrador, en conferencia de prensa, hizo una serie de compromisos con los trabajadores de México, en caso de llegar a la Presidencia de la República. El sexto compromiso fue el siguiente:
“6. Me comprometo a restituir el empleo y las condiciones laborales a todos los trabajadores electricistas que fueron despedidos injustamente. Volverá a volar de nuevo Mexicana de Aviación y se reinstalarán a todos sus trabajadores. Asimismo, habrá una solución justa a las demandas del sindicato minero.”
Casi 11 años después, y con cuatro años en el poder, ésta es una más de las promesas incumplidas de Andrés Manuel López Obrador, porque, como ya lo dijo, todo es estrategia política; y en este momento le sirve más la Sedena que los sindicalistas, a quienes utilizó para llegar al poder y hoy desecha de manera grosera e indigna.
LA CUADRATURA
Con tantos “incidentes” que ocurren en la Ciudad de México, ¿el verdadero accidente no será el (des)gobierno de Claudia Sheinbaum?
Alberto Lugo Ledesma
Twitter: @albertolugomx
Imagen: Internet