Mujeres… ¡aquí estamos!
marzo 8, 2019Con motivo del Día Internacional de la Mujer las voces se alzan y los análisis surgen; los diagnósticos al unísono se vuelven denominador común: falta mucho por hacer para lograr la igualdad. Hay avances, se reconoce, pero las mujeres estamos lejos del Poder y la justicia. Dicho en otras palabras, hay trabajo, hay siembras indiscutibles, pero los frutos extensivos no acaban de llegar.
¿Cómo hacer llegar los beneficios del desarrollo y la justicia integral a las mujeres mexicanas? Un eje consiste en que los gobiernos integren, de una vez por todas, la igualdad de género en su agenda pública y en sus presupuestos con perspectiva de género.
Con ello se pueden construir propuestas concretas para avanzar en la eliminación de discriminación, desigualdad y violencia contra las mujeres. La dura batalla por los derechos de las mujeres apenas se refleja en la ley –que no es asunto menor–, pero eso no resuelve de fondo. Hay que pasar al terreno de los hechos.
La tarea de incorporar la perspectiva de género como base jurídica del desarrollo en las políticas públicas es una plataforma de lanzamiento; en esa estrategia, el municipio es factor determinante para avanzar en la igualdad sustantiva, sobre todo en el ámbito económico.
No nos equivoquemos, el municipio es el órgano de gobierno más cercano a la gente y allí se debe trabajar sin premura. Desde el municipio se debe concretar la igualdad con acciones afirmativas focalizadas e incidir directamente en el desarrollo humano, familiar, laboral, económico, social y cultural de las mujeres; debe impulsarlas de manera que tenga impacto positivo y directo en sus colonias y localidades, mejorando su calidad de vida.
La perspectiva de género es la herramienta que contribuye al análisis de la condición específica de cada localidad; ubica con precisión el nivel de marginación, de ingreso y otros indicadores que visibilizan las desigualdades que sufren las mujeres, para atender de fondo sus problemas. Así, la inclusión de la perspectiva de género adquiere un papel detonador de transformación y cambio; ello implica superar las limitaciones de los roles sexuales y de género.
Uno de los principales impulsos para alcanzar el desarrollo, es el fortalecimiento a los Mecanismos para el Adelanto de las Mujeres en México, consistentes en programas, acciones y presupuestos concretos de los gobiernos, a través de la estrategia de género para fortalecer los derechos humanos de las mujeres.
La inclusión del enfoque de género, en las políticas locales, permite un trabajo teórico y práctico, para el desarrollo de sus capacidades y habilidades, generando un sistema de oportunidades. No hay duda, si queremos modificar la fotografía del Poder, que ayer y hoy tiene a las mujeres ausentes, se debe instituir gobernabilidad con perspectiva de género, para construir la democracia y acceso a un desarrollo local.
La siembra debe ser intensiva en los municipios; se debe avanzar de manera horizontal, pero, sobre todo, de abajo hacia arriba. Esa es la lógica del cambio verdadero, producto de la nueva cultura del empoderamiento para la igualdad.
