Demos el paso

Demos el paso

junio 3, 2019 Desactivado Por La Opinión de

Una de las cosas más gratificantes que alguien puede tener es, sin duda, trabajar por defender una causa desde la sociedad civil organizada. Es enriquecedor poder enfocar esfuerzos y conocimientos hacia aquello que se cree, y defenderlo como propio.

La sociedad civil nos permite un espacio de incidencia muy noble, que es posible potenciar según se quiera, pues se aprende a ser resiliente y salir avante aun contracorriente, así como a celebrar los logros, pequeños y grandes, que se alcancen. Se realiza un trabajo encaminado a mejorar la situación actual, orientar y conducir las acciones de gobierno y la política pública en la materia que se trate. Y, en muchas ocasiones, a reconocer las debilidades y carencias del trabajo individual y colectivo.

La alternancia derivada de los resultados del proceso electoral de 2018, dio pie a abrir la puerta al servicio público a gente con probada experiencia en sociedad civil y especialización en las diferentes ramas que el gobierno debe atender.

Sin embargo, es latente que uno de los principales obstáculos de pasar del sector social al sector público es romper el molde y transitar hacia una mayor apertura, interlocución y suma de esfuerzos, encaminados al bien común, que sea capaz de trabajar sin distinción de colores o egocentrismo.

De ahí que gobernar no sea una tarea sencilla y requiera de profesionalización, vocación de servicio, acompañada de virtudes actitudinales puestas al servicio de la sociedad en su conjunto; pues contrario al trabajo realizado en el tercer sector, en este punto se es susceptible de exigencia de avances y resultados palpables y medibles y es sano que así sea.

De ahí que el trabajo que se realiza, desde sociedad civil organizada, deba profesionalizarse y pasar de las medidas paliativas a las actividades de incidencia real, capaces de generar datos duros de diagnóstico, implementación, resultados y, no menos importante, evaluación.

Durante décadas, la pugna juvenil fue la monopolización de espacios por las generaciones mayores, para pasar a la apertura de aquella gente joven con recomendaciones o un poco de suerte; llegaron, en su mayoría, jóvenes sin vocación de servicio, dañando con ello la percepción de la capacidad de las juventudes que, aun con trabajo de respaldo, no tenían las influencias ni la suerte de ser vista y tomada en cuenta.

Vienen tiempos complicados para el trabajo desde sociedad civil, ante los recortes presupuestales, pero debe ser también un tiempo de reflexión, para pensar si tenemos la preparación para dar el paso hacia, no sólo la orientación de la acción de gobierno y sus políticas públicas, sino hacia su conducción y avance constante.

¿Para qué nos estamos preparando? ¿Podemos para dar el paso? ¿De qué manera vamos a aprovechar esta oportunidad? ¿La vamos a dejar ir?

Aben Amar Rabanales

Réplicas