No saben para qué sirve Cancillería
junio 4, 2019Si bien no es nuevo que los titulares del Ejecutivo en México no entiendan o sepan qué hacer con la política exterior, por lo menos lo diplomacia mexicana y los funcionarios de la Cancillería lograban mantener las buenas formas en nuestras relaciones con el resto del mundo. Incluso, la Secretaría de Relaciones Exteriores lograba poner en la agenda de los presidentes temas de interés internacional, aunque no fueran los más populares para la audiencia nacional.
La política exterior de cualquier país sirve para apoyar los planes de desarrollo nacionales; es la herramienta que tienen los gobiernos para salir al mundo a perseguir o apalancar objetivos nacionales. La política exterior, por tal motivo, se forma de acuerdo con la narrativa que el gobierno en turno haya adoptado como plan de desarrollo. Disociar la política exterior de la política nacional lleva, inevitablemente, al fracaso de la primera por falta de congruencia y, también, a perder grandes oportunidades para que actores internacionales incidan en el desarrollo nacional.
Después de meses de despidos constantes en las oficinas de Cancillería, parece que quedan pocos funcionarios capaces de mantener las buenas formas de la política exterior de México y entiendan, por ejemplo, cómo organizar reuniones de alto nivel con funcionarios de la principal potencia a nivel mundial. Pero podríamos irnos un poco antes. Es de conocimiento público que se acercan –peligrosamente– las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Dado que México fue la “piñata” preferida de Trump en la última campaña, uno podría imaginar que tanto la Cancillería como Presidencia tendrían ya un análisis de riesgos y calculados los posibles golpes que México sufrirá por la intención de Trump de reelegirse.
El problema es que, si en el gobierno pasado nunca existió un plan para proteger a México de un posible triunfo de Donald Trump y su llegada a la Casa Blanca tomó por sorpresa al gobierno federal, sin ningún tipo de plan de contingencia o de contención de crisis, este gobierno está aún peor preparado. La amenaza de poner aranceles del 5% a las exportaciones mexicanas es solo el inicio de los ataques que buscan impulsar la reelección de Trump. Si no podemos manejar la primera muestra de que volveremos a ser su “piñata”, no veo cómo vamos a navegar favorablemente a la campaña presidencial, si ésta aún ni empieza.
Pero es normal esta situación. Una Cancillería ya de por sí venida a menos por los constantes recortes presupuestales, desde hace varios sexenios, y ahora sujeta a despidos masivos, no puede ser un actor de presión dentro del gabinete. Poco a poco deja de ser la dependencia encargada de la política exterior del país para volverse una simple oficina de protocolo.
Recordemos que los polos de poder, en el sistema internacional, se encuentran en un proceso de transformación. Solo los países que estén preparados para contener crisis desde el enfoque de cómo la política exterior puede apoyar y soportar las políticas nacionales de desarrollo, podrán hacer frente a las turbulencias que se avecinan en el sistema internacional. México, como se puede ver, no está preparado ni pretende estarlo.