Estrategias para mitigar los efectos del COVID-19 en el empleo

abril 28, 2020 Desactivado Por La Opinión de

Las economías locales son el principal desafío para la reactivación de los mercados globales, ésta es la línea de combate más compleja que los países están enfrentando después de la presente crisis sanitaria. Ante tales sucesos, es evidente que no existen recetas mágicas y cada Estado plantea desde su perspectiva diversas modalidades para reducir los daños e implementar planes ante este desalentador momento global.

En México, podemos afirmar que nos encontramos en la entrada del “ojo del huracán”, ya que se calcula que será en la segunda o tercera semana de mayo cuando alcanzaremos el máximo pico de la curva de contagios, así que estamos a tiempo para desarrollar estrategias económicas que ayuden a preservar el empleo, principal motor para la generación de riqueza de las familias mexicanas.

Prevenir el desempleo es ya prioridad de los diferentes actores de le economía nacional, de acuerdo con datos de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) del Gobierno de México, en el periodo correspondiente del 13 de marzo al 6 de abril del presente año se perdieron aproximadamente 346 mil empleos, prácticamente todos los que se generaron en el 2019; así que su preservación es de suma importancia para la seguridad y certidumbre de la sociedad mexicana.

Si bien el Gobierno de México ha emitido algunas acciones específicas, no son suficientes, así que ante tal vulnerabilidad del sistema económico mexicano, las soluciones de mayor urgencia tendrán que encontrar respuesta desde la misma ciudadanía, momento ideal para desarrollar nuestra creatividad, cooperación, empatía y solidaridad.

A continuación se señalan algunas alternativas partiendo de la adaptación para ajustarnos al presente que estamos viviendo:

La primera es que se vayan cubriendo las necesidades de los bienes y servicios locales a través de sistemas de trabajo a corto plazo y de manera temporal, creando redes locales de solidaridad comunitaria, que fomenten negocios alternativos congruentes a la situación, como bien pueden ser servicios de lavado de autos, estética de perros, limpieza y desinfección de casas, estilistas a domicilio, por mencionar algunos, ofertados por la vía del comercio electrónico y con el objetivo de ser cubiertos en los domicilios donde sean requeridos.

La segunda sería la reactivación nacional, con base en un sistema de trabajo a mediano plazo y de forma continua, en la que el Gobierno de México priorice el fortalecimiento de la imagen del país en el exterior, para dar certidumbre y confianza a futuras inversiones. Esta política exterior daría impulso al turismo y al sector industrial y productivo, evitando el cierre de fábricas, despachos, hoteles, restaurantes, misceláneas, cafeterías, comercios informales y demás.

Según el Consejo Mexicano de Negocios (CMN), existen en nuestra nación 4.1 millones de Mipymes que aportan el 42% del producto interno bruto y generan 78% del empleo, con estos datos tenemos argumentos claros y precisos de lo que representa dicho sector para la economía nacional; defenderlo significa invertir en resiliencia y enfocarse en una lenta y progresiva recuperación del país.

Jorge Iván Flores Camacho
Twitter: @JivanFC