El guardián de la corrupción
junio 23, 2020El presidente Andrés Manuel López Obrador se asume como el elegido para velar por los intereses de los mexicanos; el único que sabe y conoce las necesidades del “pueblo”, al que tanto invoca; el guardián de todo lo que considera bueno. El defensor de los desposeídos, el guía moral y hasta espiritual de los mexicanos.
El 30 de abril dijo: “a mí me pidió el pueblo que yo cuidara el presupuesto, que yo me convirtiera en un guardián del dinero del pueblo”; cuando pretendía, con la complicidad de Morena, modificar la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, para reorientar los recursos del Presupuesto de Egresos de la Federación, el cual, según lo dispone la Constitución, debe ser aprobado por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
Lo cierto es que, López Obrador pretendía (pretende todavía) utilizar los recursos públicos de manera discrecional, para la compra de voluntades, entregando dinero en efectivo a los potenciales votantes de Morena en el 2021. Teme perder la mayoría en San Lázaro y hará todo lo que esté en sus manos para mantenerla.
El 22 de junio, en la misma línea discursiva, expresó: “me voy a convertir en guardián de las elecciones”; Andrés Manuel, en sus delirios de grandeza, que rayan en la demencia, el autoritarismo y el totalitarismo, no acepta los contrapesos del poder ni es partidario de la democracia. Nunca ha aceptado resultados adversos, porque cuando eso ha pasado ha sido “víctima” de fraudes, complots, conjuras mundiales y conspiraciones diabólicas. Los únicos resultados que acepta son los que le benefician.
En medio de la obsesión enfermiza por el poder, la corrupción se agudiza en el país y en su administración; de acuerdo con el Índice de Capacidad para Combatir la Corrupción 2020 (CCC), elaborado por Americas Society/Council of the Americas (AS/COA), México tiene una pobre capacidad para detectar, castigar y prevenir la corrupción.
Incluso, comparado con el CCC 2019, México disminuyó su calificación, pasando de 4.65 a 4.55 sobre 10 y del lugar 6 al 8; ubicándose por debajo de: Uruguay, Chile, Costa Rica, Brasil, Perú, Argentina y Colombia, todos ellos con calificaciones superiores a 5.
El CCC 2020 puntualiza que “el presidente prácticamente ignoró el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), aumentó el uso del gasto discrecional en los contratos públicos y descartó los controles para mejorar la gobernanza, entre otras tendencias preocupantes”.
Así, mientras López Obrador se autoproclama guardián de recursos e instituciones, tendientes a la compra de voluntades durante las elecciones 2021; a sus espaldas, con su visto bueno o sin él, la corrupción de sus más allegados avanza, oculta con la máscara de la “honestidad valiente” o del cinismo descarado.
LA CUADRATURA
El infectólogo Alejandro Macías considera que el 1% de la población en México podría morir por COVID-19, eso son alrededor de un millón trescientos mil mexicanos. ¿En serio no es preocupante?
Alberto Lugo Ledesma
Twitter: @lugoledesma
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