Trata de menores en México
agosto 13, 2020 Desactivado Por La Opinión deHace unas semanas se destapó una red de trata de niños en Chiapas. Con motivo de la búsqueda del menor Dylan Esaú Gómez Pérez, en San Cristóbal de las Casas, se logró el rescate de veintitrés niños y se produjo la detención de tres mujeres. A las detenidas se les acusa de obligar a los menores a vender artesanías, de hacer uso de violencia física y psicológica y de mantener a los niños en condiciones precarias con síntomas de malnutrición. Esto sólo es un ejemplo más del grave problema que atraviesa México en términos de trata de menores.
Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), durante el primer semestre de 2020, cincuenta y dos menores (0-17 años) fueron víctimas de trata en el país. Esta cifra supone un incremento del 40% respecto al mismo periodo del año anterior, donde se contabilizaron 37 menores víctima de trata. No obstante, el aumento de casos podría ser incluso superior, ya que el SESNSP cuenta con 47 registros en los que no consta la edad.
Pese a que en las últimas dos décadas las instituciones han desarrollado, al menos desde el punto de vista formal, toda una serie de herramientas para combatir este tipo de delito, hoy no puede afirmarse que se trate de una práctica agotada. La explotación sexual y laboral, con vertiente de mendicidad, junto con la adopción ilegal, constituyen las principales causas de trata de menores. Dentro de este grupo, es especialmente vulnerable la situación de las niñas indígenas.
La trata constituye una importante fuente de generación de ingresos para organizaciones criminales, por lo que su supervivencia se debe en gran medida a los intereses económicos de estos grupos en el mantenimiento de la actividad. No obstante, también existen ciertas prácticas y valores culturales que afectan negativamente a los derechos de los menores en México. Así, la discriminación de género, la violencia intrafamiliar y la aceptación de las relaciones de dominación y subordinación también contribuyen a perpetuar la trata de menores. Aunada a esta tolerancia social se encuentra la falta de un sistema de información confiable que permita un análisis riguroso del problema.
Adoptando una perspectiva global, a las condiciones domésticas se debe añadir la condición de México como país de origen, tránsito y destino de trata de personas, tal como han señalado la Organización de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito y la Oficina de Migraciones. Ello obliga a las autoridades mexicanas a colaborar activamente con los organismos internacionales competentes, ya que la solución a este problema trasciende los límites de sus fronteras nacionales.
La trata de personas, y especialmente el caso de los menores, sigue siendo una de las asignaturas pendientes de México y requiere una atención permanente por parte de las autoridades. Por su parte, la ciudadanía debe transitar por una transformación de valores que faciliten el rechazo y la condena social hacia conductas perniciosas que pueden contribuir de manera directa o indirecta a formas de violencia hacia los menores.
Mélany Barragán
Twitter: @MelanyBarragan7
Imagen: George Hodan / publicdomainpictures.net