La política de los delirios conspirativos (parte II)
marzo 4, 2022Siguiendo con esta edición sobre el impacto de las teorías conspirativas, en el discurso político, como en la parte social, decíamos en una edición anterior que en los últimos años la gente se cree o construye narrativas para justificar de que lado están, en términos de ideología política o al ser partícipes de la misma.
Quiero mostrar a continuación, que, a pesar de los problemas estructurales de actualidad, la gente tiende a exagerar con algunas conjeturas inconexas.
Iniciemos, por ejemplo, con algunos sectores de la oposición al gobierno lopezobradorista, entre ellos partidos políticos, prensa, sociedad civil, gente que no votó por él, es decir, los peyorativamente llamados fifís, aspiracionistas, etc.
Se tiene entre este grupo un enorme miedo a que situaciones como la centralización de poder, los embates autoritarios, entre otras actitudes, medidas del presidente, tienen relación alguna con un proyecto, en conjunto con Hugo Chávez, la Cuba socialista, para desestabilizar el país o convertirlo en una república bananera más.
Desde luego recurriendo un poco al sentido común, me parece que no es tanto así, pues si bien el gobierno en el discurso es o se asume de izquierda, el estilo de gobernar, ciertas acciones están más pegadas a un ultraconservador. Tal vez López Obrador es más parecido a un Richard M. Nixon que a un Bernie Sanders; y del primero, por la historia contemporánea, sabemos en qué terminó su mandato.
Vamos ahora con lo que la base de simpatizantes, peyorativamente llamados chairos, repite o cree sin muchas pruebas o cayendo al igual que los primeros en conjeturas inconexas.
Hace ya tiempo analistas que tienen cierto grado de credibilidad, han señalado que la base de críticos al gobierno, desde un Enrique Krauze, María Amparo Casar, Carlos Loret de Mola, entre otros, son pagados por los Estados Unidos para tener actitudes injerencistas; en algunos casos son más aventurados, pues meten a los judíos o al mismo George Soros. Si bien esto está parcialmente basado en el hecho de que los americanos sí financian a algunas asociaciones civiles, me parece importante señalar que el trabajo que ellas realizan incluso más que los medios es de suma importancia, si es que buscamos como mexicanos caminar a una democracia plena.
Y es que hemos caído en una estampida de argumentos absurdos, que rayan en lo estúpido e irracional con tal de defender su “postura política”, quieren encontrar agujas en enormes pilares de paja o construir unas telarañas explicativas muy revueltas.
Gildardo Ledesma
Twitter: @gledesmaa24
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