La separación de poderes

El artículo 49 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que “El Supremo Poder de la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial”. Este párrafo condensa la teoría política de separación de poderes esbozada por John Locke y Montesquieu, en los siglos XVII y XVIII.

La teoría de separación de poderes se materializó en la creación de una nueva nación: Estados Unidos de América, en donde se dejaron de lado los modelos preexistentes de organización del poder público y se constituyó uno nuevo, conformado por tres instituciones, mismas que se limitarían unas a otras, a fin de evitar la concentración del poder y, con ello, el despotismo y el absolutismo del mismo.

En la Constitución de 1824, la primera de México tras la Independencia, se replicaría el modelo de separación de poderes y la adopción de una República federal; en los Constituyentes de 1857 y de 1917, el modelo permanecería en nuestra Carta Magna y continua hasta nuestros días.

La existencia de tres órganos del Estado que detentan el Supremo Poder de la Federación, como lo enuncia la propia Constitución, implica que los tres tienen el mismo rango; sin embargo, la preeminencia del Ejecutivo sobre el Legislativo y el Judicial configuró lo que Jorge Carpizo denominó presidencialismo mexicano.

Andrés Manuel López Obrador, escudado en la tradición presidencialista y sus 30 millones de electores, se siente con la autoridad para despreciar y sobajar a los presidentes y representantes de los otros dos poderes del Estado Mexicano, sin ningún recato.

El pasado 5 de febrero, en la Conmemoración del CVI Aniversario de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, López Obrador prefirió presidir el acto rodeado de sus lacayos y subordinados, Adán Augusto López, Luis Cresencio Sandoval, José Rafael Ojeda y Leticia Ramírez, antes que por sus pares, los presidentes del Congreso de la Unión, Santiago Creel Miranda, y de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal, Norma Lucía Piña Hernández.

Los presidentes del Legislativo y el Judicial fueron relegados a la esquina del presídium, lo más alejados posible del Ejecutivo, porque el presidente en su inmensa pequeñez no tolera que alguien piense o actúe distinto a él o a lo que él dispone.

Sin embargo, la separación de poderes tiene precisamente la finalidad de delimitar y limitar el poder absoluto, el poder despótico, el poder autoritario, que tanto anhela el jefe del Ejecutivo.

Si de protocolos hablamos, fue precisamente el Ejecutivo quien los rompió en la Conmemoración de la Constitución, un acto republicado que debería ser encabezado y presidido por los titulares de los tres poderes de la Unión y no por quien se asume el salvador de la Patria.

LA CUADRATURA

El imperio del cash sigue creciendo: López Obrador, Pío y Martín López Obrador, René Bejarano, Mario Delgado, Delfina Gómez, Alejandro Esquer, Layda Sansores… y un largo etcétera. Lo bueno de todo esto es que ya se acabó la corrupción.

Alberto Lugo Ledesma
Twitter: @albertolugomx

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