CDMX, tan lejos de Dios y tan cerca del Gobierno Federal

CDMX, tan lejos de Dios y tan cerca del Gobierno Federal

septiembre 18, 2018 Desactivado Por La Opinión de

Sebastián Guevara

En 1992 se descentralizó el sistema de educación básica en México. Responsabilidades (como la administración de las escuelas y el personal) se transfirieron a los gobiernos de los estados. Esto sucedió, principalmente, porque la Secretaría de Educación Pública (SEP) contaba con un exceso de atribuciones y ya no podía lidiar con un sistema tan complejo. Sin embargo, una entidad federativa quedó fuera de esta descentralización y siguió siendo administrada por la SEP: la Ciudad de México.

Hace más de 20 años que el Gobierno Federal y el Gobierno de la Ciudad de México han sido gobernados por partidos antagónicos. Eso cambió este año y por primera vez hay sincronía con las victorias de Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum. Este es el escenario político idóneo para concluir con la descentralización educativa y transferir facultades educativas al gobierno capitalino.

Esto implicaría un gran reto para la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación, la cual será encabezada por Rosaura Ruiz, ya que el sistema de educación básica de la Ciudad de México es el segundo más grande del país (después del Estado de México). Cuenta con una matrícula de 1,624,435 alumnos: 301,033 alumnos en preescolar, 857,117 en primaria y 466,285 en secundaria. Coordina el funcionamiento de 5,373 escuelas públicas y supervisa la operación de 3,920 privadas. Este enorme sistema sería administrado por primera vez por las autoridades capitalinas.

Este es uno de los grandes pendientes de la federalización. El paso siguiente sería repensar la relación entre gobiernos federal, estatales y municipales, junto con sus atribuciones educativas. Al día de hoy, la mayoría de los gobiernos estatales han dejado mucho que desear en cuanto a su administración educativa. Los municipios son un actor que se ha mantenido al margen del tema educativo, fomentar su participación resulta indispensable.

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