Mexicanos al grito de… Texcoco

Mexicanos al grito de… Texcoco

noviembre 6, 2018 Desactivado Por La Opinión de

Ximena Jiménez García

A menos de un mes de tomar protesta, el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador ya le ha dejado un mal sabor de boca a varios mexicanos, e incluso a varios de sus votantes. La cancelación del aeropuerto de Texcoco ha sido un error garrafal, se ha indicado que dicha cancelación podría costar alrededor de 269 mil millones de pesos, que se dividen entre pagos ya realizados a proveedores de servicios y materiales, penas convencionales pactadas en los contratos, créditos pendientes a liquidar, litigios, etc.

De la misma forma, encontramos la consulta pública realizada fuera de toda formalidad, seriedad y legalidad; entiendo que en una democracia se tiene que escuchar a los gobernados y que de ellos emana el poder conferido a los poderes; no obstante, deja a varios mexicanos con incertidumbre sobre qué es lo que sucederá los próximos 6 años, ¿también someterá a consulta lo que no puede ser consultable como los derechos fundamentales? (tal como lo indicó en su campaña).

Por otro lado, entiendo y aplaudo el mensaje –mas no la forma en la que se hizo– de dejar en claro que los grandes y millonarios empresarios no tendrán el mismo poder sobre el Estado como lo habían estado teniendo durante las últimas décadas, como aquellos poderes fácticos que eran.

Sin embargo, el tema toral de este texto, y que en lo personal me ha alarmado, es la reacción de las personas frente a toda esta situación. Parto del entendido de que cada persona puede elegir su causa a defender y que no existe un monopolio de causas legítimas por las cuales protestar, entiendo y comparto la indignación de la cancelación del aeropuerto; no obstante, no logro encontrar la lógica, ni la mínima humanidad de que un aeropuerto duela, haga más ruido, genere más crítica, movilice e incite a una organización colectiva impresionante con mucha más efectividad y nunca antes vista, que lo que han logrado 52 mil 210 feminicidios registrados desde 1985; 32 mil 277 desaparecidos hasta julio del 2017; 80 mil personas muertas en incidentes relacionados con el crimen organizado en el periodo de 2007 a 2012; que la corrupción nos cueste entre el 0.4% y el 10% del PIB, cifras que vuelven a México el país más corrupto de América Latina y el Caribe, sí, incluso más corrupto que Venezuela o Brasil.

Numerosas personas indican que una de las grandes fuentes de los males en nuestro país es el déficit en nuestro sistema educativo, el cual nos ha colocado durante 15 años en el último lugar de los 34 países que integran la Organización para Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). También somos, el país con mayores índices de desigualdad, tan solo el 80% de los activos financieros son propiedad de 10% de las familias en México, mientras que 53.3 millones de mexicanos viven en pobreza. En fin, supongo que somos un país con prioridades un poco extrañas que seguiré sin entender.

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