Nos gobiernan los Animaniacs
marzo 29, 2019Somos Animaniacs,
nos pagan sin trabajar,
estamos locos de atar,
como nadie puede estar.
Referente de la cultura pop, los Animaniacs fue una exitosa serie de dibujos animados, producida por Warner Bros. y Steven Spielberg en la década de los noventa; de la cual, por alguna curiosa coincidencia, se anunció su remake el año pasado.
Curioso porque el nuevo gobierno federal de este país arrancó en el 2018, encabezado en su mayoría por hombres y mujeres que en la década de los noventa seguramente entretenían a sus hijos con estas caricaturas; son ellos, el Presidente y sus secretarios, un fiel referente de estos personajes.
A la mayoría del gabinete se le paga sin trabajar; a poco más de 100 días de arrancada esta administración, resulta evidente que está integrado por figurines y marionetas que no laboran.
Su forma de comportarse y conducir los designios de la Nación, probadamente ha sido a partir de ocurrencias, improvisación y arrebatos. Cada semana un nuevo rumbo, una nueva política, una nueva decisión, un nuevo programa; y cada semana una justificación de la decisión anterior, una enmienda, una aclaración, una corrección.
En casi 18 semanas hay poco claro, no hay altura de miras, no hay un plan, un proyecto o un camino. Salvo aquel que dicte el Presidente López, que es el que menos trabaja.
Todo este tiempo, el Presidente se la ha pasado de viaje, como si estuviese en campaña, desdeñando lo importante y atendiendo lo banal. Cientos de horas perdidas en traslados ineficientes; el hombre con la responsabilidad más grande de este país se da el lujo de perder vuelos.
Él mismo ha dedicado gran parte de su jornada a una homilía matutina, carente de datos, fundamentos, bases o elementos mínimos que demuestren una verdadera actividad laboral, o por lo menos una jornada de estudio y preparación.
Para muestra, en estos meses al menos tres sucesos han cimbrado, guardadas las proporciones, al país. Y ante ellos, en ningún momento se vio el actuar laboral del gabinete. No hay fotos de los secretarios y el Presidente revisando cifras y estudiando medidas para solucionar la crisis del abasto de combustibles; no hay evidencia de una reunión de seguridad con el Presidente, para informarle la caída de un helicóptero y la muerte de una gobernadora. La tragedia de Tlahuelilpan se enturbia aún más por la sensación que deja ver que nadie hizo su trabajo y que el Presidente llegó cinco horas después por carretera.
Y, sin embargo, estamos llenos de fotos en comidas, paradas técnicas en las rutas por carretera, tuits deportivos, eventos sociales y lanzamientos de programas que parecen emulan actos de campaña.
Para colmo, esta semana, con su solicitud de perdón, nos despejaron las dudas, nos gobiernan personajes que están locos de atar, como nadie puede estar. El Presidente no tiene libretos que aprender, porque vive una mañanera a la vez; y los secretarios se conducen por la sabiduría popular “Mañana Dios el Peje dirá”.
Para fortuna nuestra, en los noventa, los Animaniacs duraron solo 6 años al aire. Este remake correrá con la misma suerte, porque este país no está para aguantar funcionarios a los que se les pague sin trabajar.