Gobernar es decidir
mayo 21, 2019Gobernar es tomar decisiones, sobre todo decisiones que no agradan, pero que son necesarias, como los impuestos; a nadie le gustan aportar, porque implica entregar “lo que es tuyo” al Estado, pero esa aportación es necesaria para realizar obras y ofrecer servicios que benefician a la colectividad.
Gobernar es transformar, el municipio, el estado o el país; es cambiar la realidad de cientos, miles o millones de personas; es brindar y crear oportunidades de educación, empleo y desarrollo para todos, pero sobre todo a los más desprotegidos.
Gobernar es perder popularidad, porque se trabaja para mejorar las condiciones de vida de los gobernados, no para el aplauso y la alabanza. Quien gobierna para las encuestas, tarde o temprano perderá las riendas y el control de su administración, porque nadie puede ser bueno siempre ni con todos.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador sufre el síndrome del rey mago, puede interesarle el país y los mexicanos, pero le importa más ser popular y querido, que el pueblo, “su pueblo”, lo ame, porque él es “el salvador” de una Patria mancillada, que él mismo ha contribuido a construir en el discurso.
El 1 de julio de 2018, en su mensaje tras el triunfo electoral dijo: “tengo una ambición legítima: quiero pasar a la historia como un buen presidente de México”; el Presidente será el “amado líder” mientras haya dádivas y dinero, pero no hay dinero que alcance y éste no resolverá los grandes problemas nacionales si se reparte sólo para obtener el favor de los beneficiarios.
El eterno candidato compró el amor del electorado con las ideas de “un cambio verdadero”, de la “honestidad valiente” y de la “lucha contra la corrupción”; hoy, el Presidente, consigue los afectos del pueblo bueno y sabio con la entrega de dinero, en detrimento de las funciones del Estado.
López Obrador podría pasar a la historia como un gran Presidente de México si utilizara su bono democrático, con el que llegó a la Presidencia, para transformar al país; pero prefiere derrocharlo en el inmediatismo. No le interesa la prosperidad de la República, busca sólo su gloria personal.
LA CUADRATURA
Primer acto: un activista social promueve que los tabasqueños no paguen el servicio eléctrico.
Segundo acto: ese activista se convierte en Presidente de la República, condona la deuda millonaria de sus paisanos y les pide pagar a partir de ahora.
Tercer acto: los tabasqueños dicen que no pagarán.
¿Cómo se llamó la obra? La transformación de cuarta.