Luz(ifer) del Mundo

Luz(ifer) del Mundo

junio 7, 2019 Desactivado Por La Opinión de

Al parecer el monopolio de los señalamientos que ostentaban los Legionarios de Cristo, y su extinto líder Marcial Maciel, está a punto de convertirse en un duopolio de la depredación sexual, que se ejerce desde los púlpitos en México. Esta misma semana trascendió en los medios nacionales que Naasón Joaquín García, máxima cabeza de la iglesia cristiana de la Luz del Mundo, fue acusado en California de más de una veintena de cargos de delitos sexuales.

Es inaudito pensar que, hasta hace unos cuantos días, el presunto culpable y líder religioso había sido homenajeado por 35 diputados federales en el Palacio de Bellas Artes, recinto que, por cierto, sí que debería ser considerado sagrado para ensalzar la riqueza artística del país; haberlo usado para cualquier otro fin es un insulto y un auténtico acto de profanación hacia uno de nuestros símbolos culturales más emblemáticos.

Con esta noticia queda evidenciada, una vez más, la alianza siniestra, pero efectiva, entre el poder político y el poder religioso: mientras que el primero sigue ofreciendo enriquecimiento y prosperidad económica para la proliferación de estas iglesias (al tiempo que hace la vista gorda de escándalos sexuales), el segundo sigue garantizando la preferencia y el voto de los feligreses hacia determinada plataforma; una coalición que, en definitiva, está lejos de hacer realidad la gran promesa de la Cuarta Transformación: erradicar la corrupción.

No en vano el Papa Francisco ha declarado que “el Diablo le tiene bronca a México”, en alusión a la escalada de violencia en el país. Sin embargo, poco o nada están haciendo las iglesias, de cualquier vertiente cristiana, para que el Príncipe de las Tinieblas siga suelto. De hecho, al contrario: sus inconsistencias, su hambre por el control de la mente humana, sus contradicciones dogmáticas y, sobre todo, su interminable violencia sexual hacia grupos en situación de vulnerabilidad, habla más del odio al prójimo que del amor que tanto pregonan.

En lo que se resuelve la situación jurídica de Joaquín García, que sirva esta situación para que, los partidarios de la Cuarta Transformación, tomen nota de que para transformar a México no solo se debe preservar la separación entre Iglesia y Estado, por la que tanto luchó el mismo Benito Juárez, sino, más importante aún, se debe perseguir y castigar a quienes hayan abusado de cualquier posición de poder. De lo contrario, la religión, lejos de ser el faro que se convierte en “Luz del Mundo”, será el peligroso refugio de Lucifer.

Bernardo Ramírez López
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