La cuarta transformación vs. la ciencia y tecnología

La cuarta transformación vs. la ciencia y tecnología

junio 7, 2019 Desactivado Por La Opinión de

En días recientes trascendió la declaración del Presidente Andrés Manuel López Obrador con respecto al denominado por él mismo “turismo académico”, desde luego los ataques de los no simpatizantes se hicieron presentes, tachándolo de un individuo mediocre que tardó 14 años en terminar la carrera y eso justificaba la polémica de lo dicho por el titular del Poder Ejecutivo.

López Obrador, sin embargo, en su discurso anticorrupción tiene un punto a favor, existe desde hace tiempo una serie de desfalcos, abusos y hasta el descaro de algunos investigadores vivales en el país, que usan los recursos que vienen de Conacyt, y de las mismas universidades, para pasearse en diferentes puntos del mundo; en algunos, incluso, se puede comparar con las actitudes de muchos políticos, desde diputados, senadores, gobernadores y presidentes municipales, quienes justifican giras o gastos de trabajo con la intención secundaria de hacer turismo.

Cabe señalar que no se condena el hecho o la intención de que los científicos e investigadores mexicanos promuevan, profundicen y estudien, incluso en el extranjero, en este respecto se justifica en parte la polémica declaración que quizá se tergiversa o manipula para evidenciar que el Presidente se niega a que los académicos y estudiosos de todas las universidades del país salgan.

Lo que sí se debe resaltar es que, también, según un reportaje publicado en el portal Animal Político el pasado 30 de mayo cuyo título reza Científicos del Cinvestav deberán pedir permiso a AMLO para viajar al extranjero, habla básicamente de que muchos investigadores han visto entorpecidos sus trámites de realizar viajes al extranjero, ya que ahora se tiene que pedir el visto bueno del Presidente para ser autorizados.

Finalmente, la reflexión es la siguiente: no es malo que se quiera acabar con los privilegios y corrupción que imperan tanto en Conacyt y en muchas de las universidades autónomas del país, pero si se trata de predicar con el ejemplo, entonces primero hay que empezar por el mismo organismo encargado de la ciencia y tecnología; después de todo no se deben olvidar los polémicos nombramientos de varios titulares de áreas del mismo Consejo, en los que no tenían ni siquiera una formación profesional idónea, ni hablar entonces del grado académico.

Si se quiere combatir la corrupción a nivel institucional, se debe empezar por tener principios de congruencia mínimos.

Gildardo Ledesma

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