“Ama y vencerás”

“Ama y vencerás”

junio 25, 2019 Desactivado Por La Opinión de

A quienes luchan cada día
por la libertad humana.

La homosexualidad no es un tema a debate, nunca debió haberlo sido y nunca más debería serlo, si lo que está directamente involucrado es una simple y llana forma de amar, una modalidad de vivir la sexualidad, de las tantas e infinitas maneras que hay de unirse a otro ser humano.

En la práctica no hay nada que discutir, porque se necesita poca apertura de mente y mucha ambición de control de conciencias para juzgar a las personas única y exclusivamente por el tipo de genitales que trae entre las piernas; porque hay problemas mucho más graves y apremiantes a resolver que filosofar sobre lo que la gente hace o deja de hacer atrás de la puerta o fuera de ella. Es decir, ¿sí está bien ofuscarnos por dos personas del mismo sexo que se aman, pero no por la violencia rampante de México? ¿Sí está bien rasgarse las vestiduras sobre nimiedades como los uniformes neutros, pero no por el hostigamiento sexual hacia mujeres y niños?

Mientras que para algunas naciones la homosexualidad todavía es razón de escarnio, cárcel y muerte, para otros es una circunstancia humana sencilla, sin complicaciones, sujeta a la protección de derechos más amplia hasta llegar al anhelado matrimonio igualitario que, afortunadamente y aunque falta mucho camino por recorrer, es una realidad más patente en la mayoría del territorio mexicano.

Y aunque muchos grupos se quieran oponer, la igualdad de derechos es hoy un tren puesto en marcha, imparable. Por cada charlatán que decide vivir la homosexualidad desde su propio desequilibrio mental: los cuartos oscuros, las orgías y el desenfreno, hay millones y millones más que deciden vivirla desde la luz y la verdad. Tal es el caso del escritor español Luisgé Martín, quien en su inspiradora autobiografía El amor del revés manifiesta: “Repetía, como los más estólidos, que no hay que estar orgulloso de ser homosexual ni hacer pregón de ese orgullo. Pero yo en realidad lo estaba. Estaba orgulloso de haber sobrevivido, de seguir teniendo sexualidad y razón de amor, de mantenerme en pie y no sentir vergüenza, de haber evitado la traición, el suicidio o la locura. Estaba orgulloso de haber ido descubriendo, a contracorriente, que todo aquello de lo que habían querido apartarme era lo único por lo que merecía la pena luchar”.

Y así como Luisgé, yo, tantos seres queridos más y personas que leen estas líneas, muchísimos pues, hemos dejado de conferirle a la homosexualidad una esencia trágica, porque sabemos que nada ni nadie tiene el poder ni el derecho de predicar cómo vivir la vida ni a quién amar: eso lo decidimos nosotros. Porque, afortunadamente, la autenticidad se paga con quitar del camino a las personas que no merecen tenernos a su lado y se recompensa con los más grandes éxitos personales y profesionales. Porque cuando entendamos que el mundo no se divide entre hombres y mujeres, entre heterosexuales y homosexuales, sino entre buenos y malos seres humanos, entonces y sólo entonces podrá imperar una sola frase de inspiración que cambie el rumbo de la Historia: “ama y vencerás”.

Bernardo Ramírez López
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