México, fracturado por el dolor; cartografía del feminicidio
febrero 14, 2020“Nací mujer y sin saberlo estaba condenada;
condenada desde el primer día…”
Hace 85 años en el periódico llamó la atención de Frida Kahlo una nota que en su nombre llevaba “Hombre mató a su mujer y en los tribunales se defendió diciendo que sólo le había dado unos cuantos piquetitos”. La pintura plasmada en aquel recuerdo nos confirma que seguimos escribiendo nuestra historia con violencia en el cuerpo de las mujeres.
FE-MI-NI-CI-DIO; una palabra que incomoda, una palabra que lacera, una palabra que encierra la realidad que las mujeres vivimos todos los días.
“¡Calla Feminazi!, calla y no exageres lo que pasa…” Pero ¿qué es lo que pasa? Lo que pasa es que, mientras lees este artículo, una niña o una mujer están siendo violadas; lo que pasa es que en nuestro país asesinan a 10 mujeres cada día… ¡Y Si!, leíste bien; no mueren, las matan… ¿lo más alarmante? Lo más alarmante es que el 50% de esos asesinatos ni siquieran llegan a una etapa de investigación y el 90% de los iniciados quedan impunes.
“Se murió por andar de fiesta, una buena muchacha no sale sola por la noche, estaba tomando, seguro se fue con el novio, no estudiaba… ella se lo buscó…” NO, nadie, absolutamente NADIE, busca que la maten. El odio, la revictimización, el machismo, la crueldad sale, reluce… y también hiere.
Hace apenas unos días, Ingrid Escamilla fue noticia; una noticia amarillista, alarmente, llena de una mofa, cargada de machismo indignate. Ingrid sólo tenía 25 años y en una discusión con su pareja le fue arrebatada la vida, y después de su muerte, la dignidad… Robledo –el vato del que ni quisiera quiero pronunciar el nombre– tuvo tiempo de quitarle la piel y tirarla dentro de bolsas de plástico a la calle… el resto, ya lo saben.
Siempre he pensado que uno es lo que es cuando está a solas y a mí la muerte de Ingrid, y de todas mis hermanas, me duele, me lacera el alma… porque las estadísticas me gritan que la siguiente puedo ser yo u otra mujer cercana a mí; porque mi madre no duerme tranquila sabiendo que voy sola, porque mis hermanas tienen miedo.
Mi silencio nunca me protegió y por eso decidí gritar. La lucha sigue y vamos a ganar la batalla, somos muchas y seremos más… Nunca más tendrán la comodidad de nuestro silencio.
Vamos a pedir justicia por Ingrid y por todas las que no volvieron a casa. Elie Wiesel decía: “Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. El silencio estimula al verdugo”.
Mi nombre es Daniela, nací mujer y no quiero morir por serlo…
