Ya basta de tanto odio
octubre 23, 2020Cada vez estamos en una inercia de odio, indignación, denostación, por diversos aspectos sociales, políticos, culturales. En las redes sociales hay una ola de comentarios del así denominado discurso de odio.
¿Pero qué es el discurso de odio? Algunos lo han definido como fomento, promoción o instigación del odio; la humillación o el menosprecio de una persona o grupo de personas, así como el acoso, descrédito, difusión de estereotipos negativos, estigmatización o amenaza con respecto a dicha persona o grupo de personas y la justificación de esas manifestaciones por razones de “raza”, color, ascendencia, origen nacional o étnico, edad, discapacidad, lengua, religión o creencias, sexo, género, identidad de género, orientación sexual y otras características o condición personales.
Sin embargo, con todo y que, en una sociedad más progresista, abierta a diversas identidades sexuales, ideologías políticas y, no obstante, eso también ha generado más intolerancia o una era en la que te tienen que decir que pensar, más o menos como la paradoja de la intolerancia de Karl Popper la cuál dice lo siguiente: Si una sociedad es ilimitadamente tolerante, su capacidad de ser tolerante finalmente será reducida o destruida por los intolerantes.
Popper concluyó que, aunque parece paradójico, para mantener una sociedad tolerante, la sociedad tiene que ser intolerante con la intolerancia. Que es más o menos lo que vivimos ahora con la denominada “generación de cristal”, a veces encasillados erróneamente en repartir culpas a los millennials, centennials y demás etiquetas generacionales. En el mundo del entretenimiento, por ejemplo, se vive la cultura de la cancelación y podemos partir de que ciertos personajes de ficción, históricos, sean de la etnia correspondiente, algo tan absurdo pues sabemos que en México, Cantinflas, Emiliano Zapata o Pancho Villa han sido interpretados por actores extranjeros en diversos filmes, al menos los últimos dos, y pareciera que no se ha tomado tan mal o muy en serio.
Y en política, ni hablar, ya hemos comentado mucho sobre la polarización además esa tendencia de etiquetar o descalificar si no piensas como quienes ahora gobiernan; históricamente sí hemos estado divididos, pero es muy triste para nuestra paz como individuos o sociedad que el discurso político siga contribuyendo a la división; ver enemigos donde no hay o bien seguir culpando al pasado reciente, no tan reciente.
Finalmente, de nosotros depende no tomar esas actitudes, tomar las cosas con calma y dejar que fluyan sin caer en esas trincheras de intolerancia y odio.
Gildardo Ledesma
Twitter: @gledesmaa24
Imagen: DavidRockDesign / pixabay.com