Las marchas polarizantes y la falta de unidad

Últimamente, el país ha estado envuelto en la discusión de una polémica Reforma Político-Electoral, que, si bien no todo su contenido es innecesario para el sistema electoral mexicano, me parece que debe discutirse y negociarse entre las fracciones legislativas fuera de sus fobias y filias políticas.

Esto implicó que el pasado 13 y 27 de noviembre se realizaran marchas multitudinarias en torno a este tema, fragmentando más la polarización que es alentada desde Palacio Nacional, pues hoy tenemos, tristemente, un país más dividido que se odia a sí mismo.

Las redes sociodigitales, en especial cuando de política se trata, están inundadas de trolls, bots, pagados por grupos políticos o gubernamentales, toxicidad y algoritmos que inducen opinión pública en favor de intereses políticos, como económicos.

En palabras de Ricardo Monreal, incluso hay familias, amistades, que ya no se hablan, debido a que no comparten el mismo pensar sobre la política nacional.

Y a todo esto existe una carencia total de un discurso de unidad fuerte, por parte de la oposición o de la misma 4T. La primera sigue en su pejefobia y rechazó a toda medida o decisión que ellos erróneamente consideren autoritaria, cuando en realidad es populismo demagógico disfrazado de un discursito de izquierda progresista.

Mientras que el actual régimen continúa, discrecionalmente, replicando todas aquellas prácticas o hábitos organizacionales que tanto criticaban; así es nos referimos a la corrupción, clientelismo, nepotismo, políticas y programas sociales con sesgo ideológico, así como promesas y esperanzas rotas.

A todo esto, no tenemos un discurso que apele a la unidad entre los mexicanos, que reconcilie las diferencias ideológicas, las desigualdades socioeconómicas que son deudas de los predecesores del obradorismo, del capitalismo de amigos que no es lo mismo que neoliberal.

En las marchas vemos desde fuera una serie de descalificaciones, así como el marchar en defensa de un régimen político, lo cual extermina toda la legitimidad que pudiera tener un movimiento social. A tal grado llega la polarización que la gente decide denostar a voces competentes de un lado u otro, desde Denise Dresser, hasta Lorenzo Meyer, Enrique Krauze.

Veremos en cuestión de meses como este resentimiento, discurso de odio y polarización, va escalando de cara al 2024. Lástima que Luis Estrada, famoso por criticar al régimen en turno, a través del cine, decidió posponer el estreno de su cinta Que Viva México, en la que justo tratará este tema, pero que en sus dichos a El País deja entrever que barrerá parejo hasta con la 4T, hasta la oposición.

Gildardo Ledesma
Twitter: @gledesmaa24

Imagen: Internet