INE: entre la realidad democrática y la visceralidad política

INE: entre la realidad democrática y la visceralidad política

marzo 17, 2023 Desactivado Por La Opinión de

En México, la democracia es un principio fundamental que se encuentra establecido en nuestra Constitución. Uno de los pilares fundamentales ha sido la celebración de elecciones libres y justas, en las que los ciudadanos tienen la oportunidad de elegir a sus representantes de manera libre, sin coacción de por medio. Para lograrlo, es fundamental contar con un órgano electoral independiente y sin sesgos partidistas.

Sin embargo, la historia de México ha estado marcada por el uso de las instituciones electorales para beneficiar a determinados partidos políticos o intereses. Para ello cabe repasar las reformas electorales, desde la de 1977, siendo uno de las más importantes hasta la creación del IFE, ahora INE, en 1990.

Durante décadas, el país estuvo gobernado por un partido hegemónico que utilizó las instituciones electorales para perpetuarse en el poder, reprimiendo la disidencia y limitando la participación de la oposición.

En los últimos años, se han registrado avances importantes en la materia. El Instituto Nacional Electoral es un factor clave en la construcción de un sistema electoral más transparente y justo. En este sentido, el INE ha logrado generar confianza en los ciudadanos, a través de la organización de elecciones libres y justas, lo que ha permitido la alternancia en el poder.

La importancia de contar con un órgano electoral independiente y sin sesgos partidistas es fundamental para garantizar la estabilidad democrática en el país. La transparencia y la equidad en las elecciones son esenciales para que los ciudadanos tengan confianza en el sistema electoral y en las instituciones políticas. Si los ciudadanos no confían en el sistema electoral, es probable que se produzcan tensiones sociales y políticas que pueden afectar la estabilidad del país.

La democracia no se reduce simplemente a la celebración de elecciones libres y competitivas, sino que también implica la existencia de instituciones políticas sólidas, que respeten los Derechos Humanos y las libertades civiles, y que promuevan el diálogo y el consenso.

La transparencia, la equidad y la imparcialidad son valores fundamentales para que los ciudadanos puedan ejercer su derecho al voto y elegir a sus representantes de manera libre y sin coacciones.

Por ello, no debemos permitir como ciudadanos, independientemente de nuestras preferencias políticas, que un capricho de modificar las reglas electorales que contraviene a la esencia técnica y apartidista del árbitro tire esos 33 años de vida democrática por la borda; la consolidación de la democracia en México depende, en gran medida, del fortalecimiento de las instituciones electorales y del respeto a la autonomía de éstas.

Si bien las marchas han sido un bono democrático, también han traído una ola de desinformación y manipulación, hasta los dichos de Lorenzo Córdova, Eurípides Flores, Ciro Murayama, en las sesiones del Consejo General o los mismos legisladores de Morena y oposición en sus discursos en Cámara han traído un ambiente de revanchismo político.

Esto, lejos de fomentar un ambiente de respeto, está generando discursos o narrativas maniqueístas en las que reflejan hasta retrocesos históricos graves.

NO AL DESDÉN POR LAS INSTITUCIONES…

Gildardo Ledesma
Twitter: @gledesmaa24

Imagen: Internet

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