¿El fin de la historia… de México?
agosto 23, 2019En 1992, el politólogo estadounidense de origen japonés Francis Fukuyama publica su obra The End of History and the Last Man (El fin de la Historia y el último hombre); en éste se expone una polémica tesis, argumentando que la historia misma, entendida como una lucha de ideologías, había llegado a su fin con el triunfo de las democracias liberales y la derrota del comunismo.
Fukuyama construye sus ideas basándose en el pensamiento de Hegel sobre la dialéctica, incluyendo las aportaciones de Marx, en las que el “motor de la historia” es la lucha de clases; claro, el autor en cuestión alude a una serie de ideas catalogadas como neoconservadores o al menos así podría ser vista por los defensores de las ideas contrarias.
Retomando el punto anterior, vemos, y a título personal, que la historia más que una asignatura o disciplina científica social, es también un proceso de lucha ideológica, que en términos de Hegel no siempre alcanza el absoluto; es decir donde concluye la dialéctica, por el contrario, el debate sigue y sigue.
Otro aspecto que tiene la historia es que es la herramienta de control político e ideológico más poderosa y relevante que tiene una sociedad, tan sólo basta con analizar cuántas culturas tienen sus propios mitos fundacionales, desde los romanos con la loba que amamantó a Rómulo y Remo, hasta los aztecas con la fundación de Tenochtitlán bajo la señal del águila devorando la serpiente, por mencionar algunos.
Nuestro Presidente, desde que asumió el poder, habla de la Cuarta Transformación, pero no nos preguntamos qué hay de las otras tres: la Independencia, la Reforma y la Revolución; plantea cambios o una reestructura de nuestro sistema político que apenas es visible, palpable, incluso parece no ir a ningún lado.
Sin embargo, llega un momento de egolatría política, al darse a conocer que el triunfo electoral de 2018 ya aparece en los libros de historia de primaria; de ahí el paralelismo con la tesis de Fukuyama, que si bien dista mucho de ser similar o equivalente, se ve como un acto de considerarse a sí mismo el fin de una era, el derrocamiento de un régimen; reconozco y descartó la información falsa de que aparecía en una portada como si de apóstol de la democracia se tratará, pero si es un hecho confirmado que aparece en los capítulos o unidades finales.
Por ello resaltó aquí mi idea de líneas anteriores de que la historia es la mayor herramienta de control ideológico-político, para crear una mitología y parafernalia en torno a la llamada Cuarta Transformación.
