Ser mujer en 2018

Ser mujer en 2018

noviembre 26, 2018 Desactivado Por La Opinión de

Hace algunos días se emitió una Alerta de Género para el estado de Durango, por parte de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar a Violencia contra la Mujer (Conavim). Esta situación pone en evidencia que existen conductas arraigadas en nuestra cultura, que vulneran y atentan en contra los derechos de la mujer en nuestro Estado.

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, alerta significa estar atento o vigilante. No sólo se trata de llamar nuestra atención, sino de actuar en consecuencia y realizar todas las acciones necesarias para evitar la violencia en contra de las mujeres. Lo lamentable es que no es el primero ni el único lugar en México y el mundo donde ser mujer significa ser potencial víctima de la violencia.

De acuerdo al Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir la violencia contra la mujer se manifiesta en diferentes ámbitos de la vida cotidiana, por ejemplo: una de cada tres mujeres ha vivido violencia física y/o sexual (generalmente a mano de sus parejas o parientes cercanos); las mujeres ganan en promedio 24% menos que los hombres por el mismo trabajo realizado, y las mujeres poseen solo el 1% de los medios de producción, aún cuando realizan dos terceras partes de todo el trabajo en el mundo.

De acuerdo con la ONU, 14 de los 25 países con mayores tasas de feminicidio en el mundo se encuentran en América Latina y el Caribe. Se estima que, en la región, 1 de cada 3 mujeres mayores de 15 años ha sufrido violencia sexual, situación que alcanza la categoría de epidemia de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.

Ante esta realidad conviene preguntarse ¿qué hay de la seguridad de la mujer en México? A continuación algunos datos: en México ocurren en promedio 8 asesinatos de mujeres diarios; 6 de cada 10 agresiones, ocurridas en la calle, en contra de las mujeres es de tipo sexual; al menos el 66.1% de las mujeres mayores de 15 años han sido víctimas de violencia, y 43.9% ha sufrido violencia por parte de su pareja.

Esto es inadmisible para una sociedad que aspira a la igualdad y libertad de sus ciudadanas, porque atenta directamente, como plaga, en contra de la dignidad de las mujeres. No, no hay, ni habrá jamás justificación para la violencia contra la mujer. Si bien las mujeres hemos logrado posicionarnos cada vez en más espacios de liderazgo dentro del sector público y privado, la violencia de género permanece en la médula de nuestra cultura. El odio, el rechazo y la discriminación por cuestiones de género siguen siendo el pan de cada día para millones de mujeres.

Frente a las condiciones de inseguridad y de vulneración de derechos humanos a las que estamos expuestas millones de mujeres, solo nos queda la responsabilidad de acturar para crear las condiciones de una vida libre de violencia. Ser mujer en el 2018 implica no cegarse y hacerle frente a una realidad de desigualdad, injusticia, intolerancia y odio.

Por eso una alerta no sólo es llamar la atención de los y las duranguenses, es una exigencia para actuar, vigilar y eliminar las condiciones sociales y jurídicas que permiten la violencia en contra de las mujeres. Y eso es responsabilidad de todas y todos.

Gracias lectores, nos vemos en quince días, espero sus comentarios.

Gabriela Hernández López

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