Gobernar sin apoyos

Gobernar sin apoyos

enero 23, 2020 Desactivado Por La Opinión de

La semana pasada se hicieron públicos los datos del estudio del Centro de Estudios Públicos (CEP) sobre  aprobación presidencial en Chile. Los resultados son verdaderamente desalentadores para el actual Presidente, Sebastián Piñera: cuenta con sólo un 6% de aprobación. Su desaprobación es del 82% y el 81% de los encuestados respondió que el mandatario actuó mal o muy mal después del estallido social que comenzó en octubre de 2019.

Con estos datos, Piñera se convierte en el Presidente que ha tenido el porcentaje más bajo de aprobación desde el retorno de la democracia, en 1989. No obstante, no es el único mandatario latinoamericano que no goza de aprobación popular. Según un estudio de Ipsos para toda la región, también realizado durante este mes de enero, los tres presidentes peor valorados son, por este orden, Nicolás Maduro (Venezuela), Miguel Díaz-Canal (Cuba) y Jair Bolsonaro (Brasil). En el citado estudio, Piñera ocupa el cuarto lugar entre los peor ranqueados.

Si ampliamos el ámbito de observación, encontramos que desde las transiciones de la democracia, numerosos presidentes latinoamericanos han contado con bajos niveles de aprobación. Durante sus presidencias, líderes como Alejandro Toledo (Perú), Juan Carlos Varela (Panamá), Jimmy Morales (Guatemala), Peña Nieto (México) u Horacio Cartes (Paraguay) también debieron de hacer frente a un alto descontento de la ciudadanía respecto de su gestión.

Los resultados que subyacen tras la baja aprobación presidencial esconden, por lo general, realidades más complejas. En primer lugar, los datos muestran la ausencia de liderazgos. Tras la década dorada del giro a la izquierda, con presidentes que gozaban con altos niveles de aprobación, en la actualidad la mayoría de los mandatarios latinoamericanos apenas superan el 40% de aprobación. De hecho, el presidente mejor evaluado, Tabaré Vázquez (Uruguay), cuenta con el 66% de apoyo. Cifra que queda lejos del 90% que llegó a alcanzar Rafael Correa (Ecuador), del 89% de Hugo Chávez (Venezuela) o del 75% de Evo Morales (Bolivia).

Sin embargo, la baja aprobación no refleja únicamente el descontento hacia la gestión presidencial o la falta de liderazgo, sino que en muchas ocasiones son consecuencia de una insatisfacción con el funcionamiento del sistema político, desconfianza hacia las instituciones y percepción de agravio hacia problemas estructurales como la desigualdad o la corrupción. Asimismo, la baja evaluación de los presidentes también parece indicar que los mecanismos de resolución de conflictos no convencen a la ciudadanía.

En un contexto de crisis e inestabilidad como el que está atravesando América Latina, los datos de opinión pública muestran la necesidad de llegar a acuerdos. Así, la adopción de posturas ideológicas extremas o las acusaciones constitucionales no sólo no desbloquean el conflicto, sino que acentúan el descontento de la población, la cual siente que la solución a los problemas de pensiones, salud o educación nunca llega.

El fuerte descontento social apunta, además, a una búsqueda de cambio. Y es que, si bien América Latina se ha caracterizado por el caudillismo y los fuertes liderazgos, los últimos acontecimientos han subrayado la necesidad de repensar el servicio público y las bases del sistema. Los ciudadanos comienzan a exigir y vigilar a los que ejercen el poder, reivindicando la necesidad de que se garanticen los derechos políticos, civiles y sociales alcanzados en las últimas décadas, tras los procesos de transición a la democracia. Un nuevo contexto que parece demandar nuevos liderazgos.

Mélany Barragán

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